ECUADOR 20/20: DEL RACISMO MÁS ABERRANTE A LA BÚSQUEDA DE INTERCULTURALIDADES PERDIDAS

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Por Diego Velasco Andrade

PRIMERA PARTE

El pasado mes de octubre, del año gregoriano 2019 y, especialmente en Quito (Kitu) Ecuador: corazón palpitante de Amaruka, se produjeron diversos hechos significativos; irrelevantes para muchos urbanícolas consumidores frugales, transeúntes de lo banal y “peatones de la nada”, -como dijera alguna vez el gran poeta andino ecuatorial Jorge Carrera Andrade-; pero muy vitales para quienes participamos activamente en ellos y advertimos que anuncian el punto de llegada a una encrucijada social y económica, pero sobretodo simbólica e intercultural, del impetuoso

20 20 que viene…

En efecto, en el marco de la lucha mundial por el denominado “reseteo monetario”, en el que se ven enfrentadas las dos fuerzas que han venido disputando la hegemonía en el globo: la primera pretendidamente “democrática” y “progresista”, hasta a veces autodenominada “socialista”, pero obscuramente “iluminada” por el dios dinero plástico y blanco etéreo; sujeta a transacciones sin respaldo mineral, ni de “patrón oro”, ni de plata, ni de aqua, sino sujeta más bien a movimientos especulativo-financieros a la escala y medida de una Banca Mundial a su servicio y, la segunda: aquella patriotera y “republicanista”, nacionalista de nuevo cuño, retrógrada fascista y a veces hasta monárquica o filonazi, ligada a los grupos oligárquicos más conservadores, “fondomonetaristas” “más papistas que el Papa”, además de rabiosamente racista en cada país de la mal llamada “América ladina”.

Estas dos tendencias señaladas se han visto magníficamente representadas en las seudo democracias americanas, por lacayos politicastros farsantes y por empresas politiqueras que hasta hace un siglo fueron llamadas “conservadora” y “liberal”, para luego pasar a camuflarse como de “izquierdas” y/o “derechas” según las pendulares conveniencias locales.

Veamos…

LOS “COME ORO” DE LA NEOCONQUISTA QUE VUELVE

A inicios del siglo XXI gregoriano, la urgente búsqueda de hegemonía y un nuevo patrón monetario por parte de los “republicanistas” y los nuevos patriotas y nacionalistas fachos, en modo Trump, Putin, Bolsonaro, Erdogan, y hasta las mismas seudo “socialistas” China y Corea, ha determinado una agresiva búsqueda de oro y plata, además de otros minerales exóticos necesarios para las nuevas tecnologías que incomunican y esclavizan a la población mundial y la integran cada vez más a la matrix planetaria, alejándola cada vez más de su matria terrestre. Por ello la agresiva ofensiva del FMI y del gobierno “trumposo” norteamericano en turno, para emprender nuevas campañas mineras con su lobby transnacional llamado FMI, sobre aquellos países ancestralmente proveedores de metales preciosos, del oro y la plata, en especial.

Si el oro, la plata, el estaño y el cobre, alimentaron desde el advenimiento del Octavo Pacha Kutik andino (siglo XVI gregoriano) las sedientas arcas de los monarcas católicos y sus alianzas waticanas y judío sefarditas, llegando con el usufructo de esos minerales a construir las sociedades mercantiles y luego capitalistas más invasivas, colonialistas y genocidas jamás conocidas sobre el orbe; desde fines del siglo XIX occidental, fueron las guerras pretendidamente “mundiales” entre las potencias colonialistas e imperialistas, las nuevas religiones protestantes y variados otros opiáceos culturales, así como las drogas químicas blancas y etéreas, aquellas que pudieron contener el ánimo liberador de los pueblos y de las culturas violentadas, esclavizadas y silenciadas durante siglos de ignominia, racismo y corrupta explotación.

En la encrucijada de este nuevo “desorden mundial” y con su movimiento pendular expresado en Amaruka, durante casi dos décadas, desde fines del siglo 20 gregoriano, las élites modernizantes idearon un supuesto “socialismo del siglo 21”, aprovechando del creciente rechazo, descontento y movilización popular frente a las políticas neoliberales autoritarias, privatistas, excluyentes de todo el conjunto social, -en especial del nativo indígena-, que fueron implementadas desde los años 80 bajo la aberración ideológica economicista llamada neoclásica o “neoliberal”. En su contra surgieron recetas parche-populistas implementadas por clases medias tecnocrático arribistas y ávidas de enriquecimiento rápido o ligadas al resurgimiento de logias militaristas y “patrióticas” como las de cuño “bolivarianista”, en contienda con aquellas viejas oligarquías de férreo control religioso vaticano, monárquico y aún hispanista; las primeras intentaron fortalecer  un “neo institucionalismo” orientando a engordar al débil Estado Nación con el saqueo incesante de sus recursos naturales y materias primas, convirtiéndolo en un supuesto ente regulador de las contradicciones sociales, en tanto promotor de una utópica igualdad; inflando su pretendido rol transformador y su ámbito de intervención ante el mercado y todo el corpus social, para procurar el tan inalcanzable “desarrollo” y “bien estar” a través de un bien publicitado “progresismo” y “buen vivir”. 

OLIGARCAS FACHOSOS VS. SOCIO LISTOS VERDES

En el Ecuador contemporáneo y post petrolero del siglo 21, este reflejo especular representado por dos tendencias aparentemente contradictorias, constituyen sin embargo, dos caras de una misma moneda que se ha venido disputando el liderazgo en estos ya 40 años de “democracia represiva”, en medio de otros monigotes a la final tan insignificantes cual “locos que aman”, “naranjas enciclopedistas”, “economistas de Harvard”, “arquitectos del ni un paso atrás”, “militares agentes del imperio”, etc. etc. etc. se destacan nítidamente dos inefables personajes guayaquileños aparentemente contradictorios, mas los dos igualmente energúmenos, funestos, corruptos, autoritarios y aciagos: el primero de sangrienta recordación, conocido como el oligarca del azúcar, la sal y la harina: León Febres Cordero, del cual aún quedan cachorros de pretendido linaje presidencial con evidentes fracasos anteriores y porvenir y, el segundo: construido con la complicidad de los mismos grupos anti-neoliberales y hasta izquierdosos, como un joven y refulgente economista/arribista de clase media/baja, tirando a reencarnación alfarista y recontra(evolucionario) citadino, del que nadie supo cuándo apareció “par la petitte porte”, de académico san franciscano a político cantante de corridos che guevaristas;  de-formado en claustros europeos y maquillado de gran wasón en Illinois, para fungir astutamente de nuevo redentor de su Pacha del Buen Vivir: y… con ustedes el innombrable Rafael Vicente Correa Delgado.

Las dos tendencias que luchan por el nuevo desorden a escala mundial, podrían ser caricaturizadas a nivel del Ecuador, por los dos sujetos antes esbozados, hasta cuando el país se vio abocado a aceptar por fraude la presidencia en el período 2017-2021, de un obscuro personaje que había arribado ya a la vice magistratura, representando a la denominada “revolución inclusiva verde flex” y promovido al estrellato por su antiguo camarada y “comandante” recontra revolucionario Gustavo Larrea. Con tal ascenso fraudulento, todo hacía suponer que la corruptela de la “década ganada” en millones, durante el gobierno de Rafael Correa y de su cada vez más develada “banda presidencial”, continuaría en las mismas manos… Mas no ocurrió así, pues fue seguramente su intermediario: el mismo “Fouché Larrea”, ducho en guerrillas de jungla cercanas a las fronteras de lo insólito, quien estableció los lazos del que sería el nuevo convidado a la mesa oligárquica wayaka y desmemoriada de hoy: el mismísimo Lenín Moreno Garcés y, entonces… lo más sorprendente ocurrió: el judas Iscariote del dogma 35, prevalido de su vulnerable rigidez, besó en la mejilla derecha al cachorro felino de Febres Cordero: el “libanés guaya-circense” Jaime Nebot Saadi, traicionando así para siempre a su venerable líder y maestro proto-cuántico. 

Luego, sobrevendría la que es historia conocida por todos: el juego simulacro para enjuiciar y bajar de sus respectivos pedestales, a su vicepresidente el transparente George Glass, al presidente de la “Asamblelela” José Serrano y al Presidente de la Corte Inferior: Vaca Mancheno; todos ellos  en fila potenciales aspirantes al trono ciudadano, según el plan urdido con notable sagacidad y desde un escenográfico y paupérrimo ático, por el ya entonces lejano y prófugo de la justicia de los ecuatorianos: Rafael Correa Delgado. Mientras tanto, todo una mesa servida era condimentada con un agitado y premeditado show mediático que entretenía a los telespectadores tele-amazónicos con campeonatos fútbol y sangrientas crónicas rojas, giros a Italia, arroces verdes y “master chefs” “reprisados” una y otra vez por los sectores empresariales, financieros y especuladores,  pertenecientes a la nueva y santa alianza entre el Judas descariote y desvalido, “la prensa corrugta” y  “los mismos (cuarenta ladrones) de siempre”…

¿CAMBIO DE MATRIX PRODUCTIVA O DE MATRIZ DESTRUCTIVA?

Ahora bien, el cambiar del modelo neo-institucionalista/ estatista/ extractivista, aliado a la banca iluminada mundial y a todas sus clanes, carteles y logias blanquecinas y etéreas, por otro en modo privatista, neoliberal y extractivista transnacional, en el marco de un inédito Ecuador post- petrolero y ahora enfáticamente del boom áureo: depredador de biodiversidad, envenenador del agua dulce e invasor de los recursos naturales en territorios indígenas, por la búsqueda de oro, plata y cobre a gran escala, para alimentar el proceso mundial en marcha del “reseteo monetario” y la constitución de nuevas monedas de Estados Nación colonialistas en desgracia, requería de que el lobby de transnacionales voraces a las que representa el FMI, pudiera querer salvarnos de la catástrofe, como en los mejores tiempos ochenteros: mediante préstamos chulqueros que se pudieran cargar  como una cruz de pesados maderos a las masas trabajadoras del campo y la ciudad y, cobrarlos a través de las exigencias archi-conocidas en la subida de los precios de combustibles y transporte, así como con la privatización de los servicios de salud, educación y pensiones, hace tiempo obligados por las mismas mafias estatales a quebrar.

Solo en estas circunstancias de naturaleza externa e interna y ante la asfixiante presión a Lenin Moreno: el convidado de piedra de las oligarquías wayakas, por partedel trust transnacional FMI, losbanqueros y empresarios traidores pero igualmente mimados por el gobierno anterior, quienes ahora serían beneficiados por no pagos de impuestos y exoneraciones, comisiones al granel y  abundantes coimas para “salvar” con nuevos pré$tamo$ a un país obligado a la bancarrota por las bandas presidenciales correísta-leninista. Todo ello, seguramente implicó previamente “negociar” el control de los remanentes del Ecuador petrolero y en especial las fabulosas concesiones de  territorios naturales y biodiversos, en resguardo ancestral por las nacionalidades indígenas, cada vez más invadidas por fuerzas militares dóciles a los intereses mineros transnacionales; solo en estas circunstancias insistimos, pueden entenderse las inéditas e inesperadas acciones de resistencia y ofensiva general que constituyeron: las ya legendarias jornadas indígenas y populares de Octubre 2019.

Con esto, queremos deslegitimar y desestimar toda la posterior campaña desinformativa emprendida en Ecuador y luego en otros países del área, por los servicios de “inteligentzia”, asesores de los gobiernos neoliberales en especial de la tendencia “patriotera” y “republicanista”, que han pretendido achacar la realización de estas acciones de resistencia y lucha popular, a las ofensivas seudo socialistas que se sucedieron en los casi veinte años de movimiento pendular anti-neoliberal; a las llamadas “brisas boludarianas” financiadas por supuestos pinky cerebros “venecos” o por médicos cubanos expertos en fabricar escudos de puertas y ventanas o basukas de tuberías pvc., idóneas para vencer en primera línea, a los robot-cops y rambos armados hasta los colmillos por los señores del gran poder. Tampoco podríamos aceptar que tales jornadas consistieron en la invasión a las ciudades del “buen vivir” neoliberal, por parte de vándalos, bárbaros y salvajes llegados desde el campo y los barrios marginales, para saquear e incendiar los malls y boyantes centros comerciales de ciudad Gótica, cegados por el odio y la envidia social insuflada desde un ático belga por un wasón cuasi divino omnipotente y omnisciente; el fantasma sopero  de sus taimados y temerosos detractores. O peor aún, que todo fue solo una envidiosa invasión de hordas indígenas sucias y analfabetas, aborregadas y conducidas como “carne de cañón”  a su matadero, por parte de los inefables politicastros quienes siempre habrían lucrado de sus justas luchas y levantamientos rituales, para volver a organizar en cada “gobierno democrático” su respectiva y corrupta “banda presidencial”.

Al contrario, fueron primero los sectores marginados y desempleados urbanos, miles de jóvenes sin oportunidad de trabajo y educación, obreros, comerciantes informales, maestros, estudiantes secundarios y universitarios, profesionales en desempleo, colectivos de mujeres,  vecinos de barrios populares y amplias capas de una clase media golpeada, incluso por la desarticulación paulatina del modelo estatista clientelar y, finalmente fueron los mismísimos indígenas de comunidades andinas de larga tradición insurgente y finalmente fueron los temidos pueblos “guerreros” amazónicos, además de los pueblos montubios costeros y afro-ecuatorianos, muchos inmigrantes a las ciudades de mayor población: Quito y Guayaquil, quienes detonaron una de las jornadas históricas de resistencia y lucha que se tornaría legendaria y seguramente la más significativa en lo que va de este siglo 21. Insurgencia que pudo haber desestabilizado, -sin haber tenido ese objetivo prioritario-, al débil gobierno del no válido Moreno, tan solo apoyado por una desprestigiada, odiada y contaminada fuerza policial, cuando el mismo alto mando militar pudo haber insinuado su renuncia y salida, para restablecer la “paz social”.

En tal contexto de caos, las viejas figuras de la derecha oligárquica que habían pactado con el minusválido presidente, el cambio de modelo estatista a privatizador y el emprender ligeros amagues de procesos judiciales a la corruptela desatada en toda una década de bonanza petrolera, ya lo habían dejado abandonado a su suerte y despotricaban contra el resto de la geografía andina desde un elitista “mall-ecón” celebrando sus privadas efemérides “celestes”; esperando el momento de poder erigir a su delfín empresario rosa de ario linaje alemán, al control de un gobierno de transición y por lo tanto al control del futuro proceso electoral 2021. Así, sin apoyo de sus ahora escurridizos aliados y solo con la asistencia policial, más que la militar y con la asesoría oportuna y perversa de la “cruela” dama de fierros: ministra de interiores María Paula Romo, ex “rupturrista de la 35”, y del no menos fachoso y senil ministro Jarrín, formado con altos horrores en las Escuela de las Américas USA, el cuasi destituido Lenin Moreno Garcés, parecía tener sus nunca soñados días presidenciales, al fin contados.  

CONTINUARÁ…