Spread the love

.

.

Pachakamach yatxatawi thakinchawinakapampi o ciencia andina desde sus metodologías[1]

Abdón Zárate Fabián[2]

Qalltawi o introducción

Los seres humanos tenemos, desde siempre, la capacidad de conocer y problematizar algún aspecto de la realidad para resolver los problemas que nos afectan en la vida cotidiana. Los seres humanos se han interrogado desde siempre sobre ¿qué es la vida? ¿qué es la existencia? ¿qué es la naturaleza? ¿qué es el ser humano? ¿qué es el conocimiento?, etc., para lo que ha generado una serie de respuestas desde las más ingenuas hasta las más sistematizadas, utilizando mitos, razonamientos y experimentos. La humanidad ha pasado por una serie de ciclos en los procesos de generación de conocimientos, de tal manera que, actualmente vivimos en la sociedad del conocimiento.

Los pueblos indígenas han generado conocimientos científicos en distintas áreas como la medicina, agronomía, arquitectura, arqueología, minería, política, derecho y educación. Estos conocimientos pueden ser rastreados en las prácticas médicas de los kallawayas, o buscados en los restos arqueológicos que se encuentran en Tiwanaku o Cuzco, rastrear la historia en los cronistas de la época colonial, pero siempre reinterpretando cada uno de los sucesos desde los sentidos andinos. En cada disciplina puede encontrarse aportes desde el pachakamach yatxatawi (ciencia andina) que han sido utilizados con habitualidad por los pueblos indígenas. Cada una de estas prácticas científicas han requerido de takhinchawinaka (metodologías) que les permitan generar conocimientos sobre la realidad en sus distintas manifestaciones. Estas metodologías pueden ser actualizadas siempre tomando como referencia al saphi (raíz) andino, permitiendo construir una epistemología indígena.

Qhananchsuña o desarrollo teórico

Los pueblos indígenas tienen una existencia milenaria, de tal manera que entre los primeros habitantes del Abya Yala pueden encontrase a los Chiripa, Wankarani, Viscachani, Chilca (10.000 – 1.500  a.d.e.), pasando por Tiwanaku, Pucara, Chavín, Nazca, Huari, Moches (1500 a.d.e. – 1100), seguido de los Collas, Mollos, Chancas,  Pacajes, Kallawayas, Canas, Quillacas, Chuis, Charcas, Yamparaes, Chiriguanos (1100-1400), llegando a su máximo esplendor con los Inkas (1400-1534) (Gisbert, 2012). Estas comunidades indígenas tenían sus propias formas de producir conocimientos, desarrollando una tecnología propicia para transformar la naturaleza. En cada una de estas etapas se puede encontrar vestigios de desarrollo científicos que son rastreables desde sus propias producciones arqueológicas, agronómicas, lingüísticas, sociológicas y filosóficas.

La historia de la ciencia andina, a pesar de las dificultades emergentes de la invasión colonial que ha generado no solamente la desaparición de los conocimientos ancestrales sino también la colonización mediante la imposición de sus conocimientos, será imperativo inferir la ciencia que se practicaba en los pueblos indígenas mucho antes de la invasión. La presentación de la práctica científica andina tiene mucha carga ideológica colonial, pues los pocos documentos que nos describen las prácticas cognitivas andinas son aquellos que nos llegan por los cronistas, quienes eran parte del sistema colonial orientados a la “extirpación de idolatrías”. Es así que, el cronista Guamán Poma de Ayala, en su Nueva corónica y buen gobierno (1615) presenta al sabio indígena desde una mirada negativa que busca desacreditar su labor:

Pontífices, condeuiza. Los pontífices hechiceros, laycaconas, umoconas, uizaconas, camasconas, que tenía el Inga, y los adoraban y respetaban a estos hechiceros. Dicen que los cuales tomaban una olla nueva que llaman ari manca, que lo cuecen sin coca ninguna, y toman sebo de persona, y maíz, y zanco, y plumas, y coca, y plata, oro y todas las comidas, dicen que los echan dentro de la olla y los quema muy mucho, y con ellos habla el hechicero, que de dentro de la olla hablan los demonios; y preguntan los pontífices para ajuntar los hombres con las mujeres, o para matarle a cualquier persona, para darle bocado, ponzoña. Y saben lo que ha de pasar y suceder, que ellos lo saben, que todo hechicero hombre o mujer saben, y hablan primero con los demonios del infierno para saber lo que hay y pasa en el mundo (1980, p. 207)      

En la descripción tergiversada del sabio indígena o amawta, ya sea como pontífice o hechicero, denosta negativamente nuestro saber, es descrito como alguien que “sabe y habla con los demonios”, porque estos conocimientos procederían del ámbito malo desde la religión católica. Podríamos decir también, que los colonizadores proceden como lo hacían los antiguos griegos contra Sócrates, quienes lo habían ejecutado por introducir nuevos dioses y pervertir a la juventud. Los cronistas no entienden el método natural de los sabios andinos, quienes dialogan con los achachilas, uywiris o la pachamama mediado por la coca, plumas, maíz, conejos y/o carneros.

Esta mirada anacrónica no ha permitido develar los conocimientos existentes en los pueblos indígenas, por lo que se ha encubierto todos los yatiñanaka (saberes y conocimientos) como parte del folklore popular, alejándolo de todo valor epistemológico, incluso por la academia. En este sentido, será importante reconocer la labor del investigador Ramiro Condarco Morales quien en su libro Historia del saber y ciencia en Bolivia (1978), documento galardonado por la Academia Nacional de Ciencias de Bolivia, donde se describe los aportes en distintas áreas de los pueblos indígenas, cuyos conocimientos les habrían permitido vivir dignamente en las sociedades más desarrolladas en la etapa formativa, cuyas expresiones máximas serían la sociedad tiwanakota hasta su esplendor en el Tawantinsuyu.

La historia científica manifiesta que los pueblos indígenas han interactuado con la naturaleza generando revoluciones científicas que han cambiado su forma de habitar este mundo. La importancia de estas revoluciones está dada por su capacidad de develar la cientificidad de los conocimientos indígenas que hacen a la constitución de un paradigma científico. “Las revoluciones científicas se consideran aquí como aquellos episodios de desarrollo no acumulativo en que un antiguo paradigma es reemplazado, completamente o en parte, por otro nuevo e incompatible” (Kuhn, 1993, p. 149). Estas revoluciones presentes en la historia de la ciencia indígena sostienen al paradigma de la epistemología andina.

La historia de la ciencia andina presenta las siguientes transformaciones que han aportado al conocimiento humano. La revolución hidráulica supone un conocimiento agronómico en el manejo del regadío para mejorar la técnica del cultivo del suelo, mediante la construcción de acequias y canales en el riego agrícola, produciendo una diversidad de papas y quinuas. La revolución metalúrgica permitió mejorar el manejo de los yacimientos auríferos, produciendo el laminado del oro y la fundición del cobre, mediante la técnica de las wayras como dominio del fuego con tubos de arcilla para la fundición teniendo como combustible a las bostas (estiércol) de los animales. La revolución económica se manifiesta en la administración de la producción en diferentes suelos y microclimas como la papa, quinua o maíz, que requerían suelos y climas diferentes, incluso para la producción agropecuaria. Finalmente, la revolución del bronce supone la capacidad de la aleación del metal, que permitiría un desarrollo tecnológico generando herramientas de trabajo o armas de lucha, teniendo su máxima expresión en el desarrollo social, pues generaría sistemas de gobierno en el que permitiría que algunas comunidades desarrollen su industria y su capacidad para utilizar la fuerza militar como estrategia de gobierno. Esta historia científica le permite a Ramiro Condarco Morales, plantear su propia definición de ciencia andina:

Las ciencias, como originario patrimonio espiritual del hombre andino, sean éstas ciencias del espacio o de los seres, iniciaron su carrera como conocimientos especializados de índole práctica y comenzaron, así, a dar sus primeros pasos en ciertos campos particulares de experimentación. El punto de partida de la evolución de la ciencia, estuvo en los conocimientos de índole especial y aplicativa que guardaban estrecha vinculación con la vida, la reproducción, la producción y el cambio (1978, p.16).

Las distintas transformaciones en el conocimiento de la realidad, permitieron generar un caudal metodológico que sirve para transformar la realidad, es por eso que se puede afirmar, sin duda, que los indígenas generaron un conocimiento científico pertinente a su realidad. Pues una ciencia requiere de metodologías para producir conocimientos científicos.

Para el epistemólogo Mario Bunge, “un método es un procedimiento para tratar un conjunto de problemas. Cada clase de problemas requiere un conjunto de métodos o técnicas especiales. Los problemas del conocimiento, a diferencia de los del lenguaje o los de la acción, requieren la invención o aplicación de procedimientos especiales adecuados para los varios estadios del tratamiento de los problemas, desde el mero enunciado de éstos hasta el control de las soluciones propuestas” (Bunge, 1983, p.24). La aplicación de métodos, técnicas e instrumentos es lo que dará estatus científico a todo conocimiento producido por los pueblos indígenas.

La práctica de la ciencia mediante la experimentación del ensayo-error fue una de las primeras formas de generación de conocimientos verificables. Las mismas tuvieron que requerir de una serie de métodos para solucionar los problemas. Estos procedimientos tienen sus propias peculiaridades en el mundo indígena, los cuales deben ser dilucidados desde la epistemología.

El análisis del lenguaje científico es propio del estudio epistemológico, en particular de la lógica. En este sentido una de las formas de analizar el lenguaje científico es analizar la construcción teórica, cuyo centro de gravedad se encuentra en el concepto. “El concepto es la unidad de pensamiento; por eso la teoría de los conceptos debería ser el equivalente filosófico de la teoría atómica” (Bunge, 1983, p.64). Los conceptos concentran lo esencial de los fenómenos, es por eso que será importante identificar aquellos lenguajes que reflejen mejor la investigación científica, en particular haciendo énfasis en los términos que reflejan los procedimientos metodológicos desde el idioma propio de los indígenas.

El develar los lenguajes metodológicos desde los idiomas indígenas nos puede permitir, también, construir la descolonización epistemológica. Pero esta identificación de los lenguajes metodológicos indígenas no es una tarea arbitraria, por el contrario, simplemente supone describir el proceder metodológico de los investigadores indígenas, quienes han aportado a la ciencia con sus producciones intelectuales.

Los lenguajes que describimos surgen del mundo científico andino. En este recorrido investigativo identificamos los siguientes: Pachakuti, Quipnayra, Pachaqama y Llamayu. Cada uno de estos términos metodológicos son estudiados en su aplicación investigativa por intelectuales indígenas.

Pachakuti.- Este término significa para Ludovico Bertonio, “Tiempo de guerra. Y también ahora lo toman para significar el juicio final” (1612, p.792). Puede ser entendido como un método de comprensión de la historia cíclica, pues “según Pachakuti la historia del mundo andino se cuenta por soles y cada uno de esos ciclos tiene mil años: un milenio, un sol, es la revolución de la naturaleza, que afecta profundamente a la sociedad, transtorna la vida de los hombres y modifica sus leyes y costumbres (Gironda, 2011, p.111). Anuncia la destrucción de un tiempo-espacio y el surgimiento de otro nuevo, diferente que supera al anterior. Es una clave cosmológica del desarrollo colectivo, sujeto a leyes telúricas, es decir, siempre adecuado a los tiempos de la cosmología.

El pachakuti aparece como un tiempo de crisis de la sociedad, donde las fuerzas sociales se enfrentan, surgen los recambios en los sistemas de organización, en las instituciones, en las ideas, en las costumbres y en el ser humano. Es el tiempo de transformación y renovación de la realidad. No es casual que uno de los inkas que transformó el Tawantinsuyo sea denominado Pachakuti. En términos metodológicos, fue aplicado por la socióloga Silvia Rivera en su texto La raíz: Colonizadores y colonizados (1993), en el que nos describe la historia boliviana como ciclos en los cuales los pueblos indígenas se levantan, ya sea con Tupac Katari, Zárate Willka u otros, que a pesar de las derrotas:

Los indios entienden vívidamente el mensaje de la derrota; pero sólo como uno de los movimientos pendulares en el curso cíclico y renovable de la historia.  El cuerpo indígena despedazado volverá a unirse -lo hizo con Amaru y Katari- y habrá sonado entonces la hora del pachakuti, tiempo de la renovación/revolución (1993, p. 45).

Aparece como un método de la historia que busca comprender los ciclos de restauración del equilibrio del mundo (pacha) a través de un vuelco o turno (kuti) en el cual los indios puedan restaurar el orden cósmico, donde todos puedan ser iguales en la diferencia. Es un método de escritura de la lucha de los pueblos indígenas en la historia. Este método, actualmente, se lo describe como la lectura de la historia en espiral.

Qhipnayra.- Surge de los términos qhipa como “Detrás. Después. Último” (Layme, 2004, p.154) y nayra como “Ojo. Órgano de vista. // Antes, anterior” (Layme, 2004, p. 125). Pero como término metodológico puede ser comprendido como una forma de percibir la realidad, de manare que “en aymara el pasado está delante, bien visible, mientras que el futuro está detrás de uno, todavía no visible” (Hardman, 1988, p.175). Es así que, en la vida cotidiana se dice qhipurkama “hasta otro día”, haciendo referencia a lo que no sabemos lo que viene.

En la práctica cotidiana se dice “quipnayra uñtasaw sarnaqaña” que hace referencia al situarse en el presente tomando en cuenta el pasado para prever el futuro. Este método fue eficientemente aplicado por el investigador Marcelo Fernández en su trabajo La ley del Ayllu (2000), donde se describe metódicamente el derecho indígena. En la parte metodológica nos describe claramente:

Hacemos la reflexión y el ejercicio interpretativo aplicando particularmente las sabias epistemes de los mayores: el arte recatado del habla, la escucha y la humildad. De esta manera, seguimos el método aymara quipnayra, que consiste en ver el pasado y el presente como un todo integrado, matizado con las sugerentes aportaciones teóricas sobre nuestra temática, y fundamentalmente con la acción comunicativa de los hermanos de las markas (Fernández, 2000:  xxvii).

El enfoque asumido en la producción intelectual de nuestro investigador parte de la visión del pasado y del presente quipnayra que es una cosmología del pensamiento holístico. Para los indígenas es un fundamento implícito y explícito a la vez, que se encuentra en la memoria tradicional de los investigados, es pues, el procedimiento metodológico que requiere la capacidad de comprensión de la totalidad presente en la temática de estudio. El derecho es comprendido como parte integrante de una realidad más compleja, en el están involucrados los achachilas, la pachamama, los amawtas, los jilaqatas a fin de comprender el jucha de la justicia indígena.

Pachaqama.- Manifestación de las fuerzas y energías cosmogónicas que están en armonía para el bienestar (Yampara, 2007). Inicialmente qama hace referencia a la existencia cuya energía se infunde en el carácter de las personas generando una identidad, por eso suele referirse a qamasa como “jiwasana ajayusawa. Jaqina chuymapaxa kunjamäkitixa walikichi jani walikichi uka mullawa.// Yaqhipa jaqixa wali qhuru qamasaniwa, llamp’u qamasanisa utjarakiwa” (IPELC, 2022, p.195).

La unión de los distintos elementos como el tiempo, espacio, movimiento y cuerpo en el qama generan el pachaqama como vida ordenada, en calidad de una existencia equilibrada. En perspectiva metodológica aparece como un proceso de compresión intelectual de manera equilibrada y ordenada de la realidad. En la investigación sobre el Origen y constitución de la Wiphala (2003) el investigador indígena Inka Waskar Choquehuanca aplica este método en su trabajo:

Para esta investigación se aplicó la interpretación, a partir del Pachaqama (equilibrio y orden), una forma de pensar y activar para explicar la hipótesis o respuestas. Como el Pachaqama es una orientación general y guía del Universo, en este caso teorético y práctico, nos ayudará con sus cuatro principios elementales del Pacha que son: espacio, tiempo, cuerpo y conducta (2003, p. XI).

La interpretación de la realidad en equilibrio y orden permite construir un sistema teórico que permita reflejar el fenómeno como un todo ordenado, en el cual cada una de las partes explican el todo. Este procedimiento permitió reconstruir el unancha de la wiphala como símbolo histórico de los pueblos indígenas. Es un método de interpretación, compresión y reconstrucción. Es una hermenéutica andina.

Llamayu.- Es un término que viene de la agronomía, pero que tiene sus aplicaciones metodológicas en la investigación. Para Ludovico Bertonio significa “cosecha de cualquier cosa que se coge en alguna temporada del año, como son papas, maíz y aún pescado”(1612, p. 751). Desde este término los habitantes andinos hacen referencia al llamayupacha o tiempo de cosecha.

LLAMAYU. st./ Llamayuxa mä pachawa, llamayu phaxsi, kunaymana yänakampi yapunaka apthapiñataki ch’uqi apilla junurañawa. Achachilanakasa, awichanakasa pachapanxa amka llamayu sapxirïtaynawa, ukaxa ch’uqi llamayu sañakisa uka pachapawa Apthapiña phaxsina taqi chiqana ch’uqi llamayuñampi irnaqataraki, sukana, laq’a manqhana achurinaka apthapxaña, ukawa (IPELC, 2022, p. 166).

Es un proceso de recojo de una buena cosecha, que supone procesos previos y procesos posteriores. Los indígenas realizan previamente procesos previos como el qhulli (primera labranza) consistente en remover la tierra descansada, el mismo debe realizarse en tiempo de humedad para un buen remover; luego viene el warwichu (segunda labranza) para regular la tierra despejando con un rastrillo las piedras dejando una tierra menuda; finalmente esta la sata (siembra) que requiere la colaboración de distintos actores para aportar con la preparación de la tierra con qhiri (ceniza) y bosta (abono) para que los productos agarren bien en la naturaleza.

Los procesos posteriores consisten en waraña (regar) con agua el sembrío, al mismo tiempo se debe cuidar de los laqus (gusanos) a fin de que no se agusane los productos, por otro lado, se debe aporcar la tierra mediante el qhawaña, al mismo tiempo que se debe qura apsuña (deshierbar), logrando posteriormente la cosecha de un buen producto.

La aplicación en la metodología de la investigación lo realizan los investigadores Simón Yampara, Saúl Mamani y Norah Calancha en el texto La cosmovisión y lógica en la dinámica socioeconómica del Qhatu/Feria 16 de Julio (2007), en la parte metodológica se describe de manera explícita, siendo llamayu la “obtención por recolección primarias” (2007, p.31). Se incorpora, además, el proceso de mamura como “teorización con la primera selección de datos”, murmu la “teorización con la segunda selección de datos” y, murmunta como la “teorización con la tercera selección de datos” (2007, p. 32). Este método, adecuadamente aplicado, puede permitir recoger información en distintos niveles de profundidad, generando teoría que se ajuste a las características de la naturaleza estudiada.

Tukuyawi o conclusión

Los thakinchawinaka (metodologías andinas) aparecen como los procedimientos adecuados para develar la verdad de la naturaleza, en este caso mediante el Pachakuti, Qhipnayra, Pachaqama y Llamayu que vienen de la práctica milenaria de los pueblos indígenas, que pueden aplicarse en la filosofía, física, historia, sociología, derecho, economía, agronomía, arqueología, etc., como se ha podido evidenciar en la precedente exposición. Las metodologías andinas hacen al fundamento de la epistemología andina que vamos desarrollando los intelectuales indígenas, puesto que ella se produce en el diálogo con la naturaleza, sabiendo que la ciencia no piensa, pues ella es simplemente un medio para llegar a la construcción de conocimientos. Y desde aquí, presentamos nuestra propia definición de ciencia andina.

El pachakamach yatxatawi o ciencia andina es la capacidad de conocer las leyes de la naturaleza utilizando distintos procedimientos metodológicos propios de los pueblos indígenas. La ciencia andina puede definirme como el conjunto de yatiñanaka (saberes y conocimientos) que se obtienen mediante la aplicación de thakhinchawinaka (metodologías)  desde la actividad práctica (lurawinaka) de la realidad multidimensional holística (taqpacha) que permite relacionar el amuyu (pensamiento), el chuyma (sentimiento) y el qamasa (voluntad) para lograr una “intuición racional vital”, cuyo chiqanchawi (verificación)  deviene de su eficiencia para solucionar problemas de la vida cotidiana. En esta relación cognoscitiva aparecen el yatiri junto a la pachamama en la generación de conocimientos desde una mirada multidimensional pero complementaria.

Jamuqa Nº 1. Dimensiones del yatiña (saberes y conocimientos)

Apsuta: Abdón Zárate, 2016.

La producción científica indígena considera a la vida como el último fundamento de su existencia, donde la relación con la naturaleza aparece como un diálogo entre dos sujetos que interactúan para develar su verdad. A decir del filósofo Juan José Bautista, “cuando la concebimos como Pachamama, la naturaleza aparece ahora como sujeto, pero con una dignidad superior que la de cualquier ser humano, porque aparece como madre de todos los seres humanos” (Bautista, 2012 p. 92). Estamos ante una nueva forma de producir conocimientos, que buscan el desarrollo de la vida, haciendo uso de sus propias metodologías.

Será importante recuperar estos conocimientos en perspectiva contextual, a fin de lograr un diálogo con la ciencia universal, para evaluar sus aportes al conocimiento humano. En la sociedad del conocimiento actual es imperativo recuperar estos conocimientos para aportar al saber universal en áreas como la ingeniería, medicina, minería, agronomía, arquitectura, etc., que son estas las disciplinas en los cuales actualmente van apareciendo resurgimientos de saberes milenarios practicados desde   siempre por los pueblos indígenas. Además, será importante reconocer a los epistemólogos indígenas, como Elvira Espejo en los textiles. por ejemplo, que van recuperando nuestros conocimientos, si no queremos, a futuro, importar nuestros propios conocimientos, como sucede con el awayu, un textil indígena que está siendo producido por los chinos. Debemos recuperar y exportar nuestros conocimientos.

Pankanaka o bibliografía

Bautista, Juan José (2012). Hacia la descolonización de la ciencia social latinoamericana. La Paz: Rincón Ediciones.

Bertonio, Ludovico [1612] (1993). Transcripción del Vocabulario de la Lengua Aymara. La Paz: Biblioteca del Pueblo Aymara.

Bunge, Mario (1983). La investigación científica. Su estrategia y su filosofía. Barcelona: Editorial Ariel.

Condarco, Ramiro (1978). Historia del saber y la ciencia en Bolivia. La Paz: Academia Nacional de Ciencias de Bolivia.

Chukiwanka, Inka Waskar (2003). Origen y constitución de la Wiphala. La Paz: Fondo Editorial de Diputados.

Fernández, Marcelo (2000). La ley del ayllu. Práctica de la jach’a justicia y la jisk’a justicia (justicia mayor y justicia menor) en comunidades aymaras. La Paz: PIEB

Gironda, Eusebio (2011). “Pachakuti: La dialéctica andina” en Kollasuyo – Filosofía andina. Revista de la Carrera de Filosofía – UMSA. La Paz: Carrera de Filosofía.

Guamán Poma de Ayala, Felipe [1615] (1980). Nueva corónica y buen gobierno. México: Siglo XXI Editores.

Hardman, Martha (1988) “Jaqi aru. La lengua humana” en Raíces de América: El mundo aymara de Xavier Albó. UNESCO: Alianza.

Heidegger, Martín [1951-1952](2005). ¿Qué significa pensar? Madrid: Editorial Trotta.

Instituto Plurinacional de Estudios de Lenguas y Culturas – IPELC (2022).  Qama aru pirwa – Diccionario monolingüe aymara. La Paz: Citygraf Industria Publicitaria.

Kuhn, Thomas [1962](1993). La estructura de las revoluciones científicas. Chile: Alborada.

Layme, Félix (2004). Diccionario bilingüe Aymara Castellano. 3ra Edición. La Paz: CEA.

Mesa, Carlos; De Mesa, José; Gisbert, Teresa (2012). Historia de Bolivia. 8va Edición. La Paz: Editorial Gisbert.

Rivera, Silvia (1993) “La raíz: Colonizadores y colonizados” en Violencias encubiertas en Bolivia de Xavier Albó y Raúl Barrios (Coords). Ka Oaz: CIPCA/ARUWIYIRI.

Yampara, Simón; Mamani, Saul; Calancha, Norah (2007). La cosmovisión y lógica en la dinámica socioeconómica del Qhatu/Feria 16 de Julio. La Paz. Fundación PIEB/ UPEA/CEBIAE/Centro Gregoria Apaza/Red HABITAT/Wayna Tambo/CISTEM.

Zárate, Abdón (2016). Epistemología andina. Reflexiones metodológicas para las ciencias sociales. El Alto: ALFROPRI.

Zárate, Abdón (2020). Epistemología andina machaqa sara thakinchañataki. Documento en internet: https://es.scribd.com/document/442563304/Epistemologia-Andina


[1] Ponencia presentada al II Encuentro de Intelectuales de la Nación Aymara, realizado del 16 al 18 de junio de 2023 en la Universidad Pública de El Alto de Bolivia. 

[2] Filósofo, presidente de la Asociación Boliviana de Filosofía (ABOF), docente universitario e investigador sobre temas indígenas. 

Por Alteridad

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *