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El feminismo nació en occidente, y hasta ahora todas las creaciones y respuestas allí surgidas en todos los ámbitos sociales y ambientales, han fracasado. Hay un principio de Einstein que dice, no se pueden resolver los problemas con las mismas concepciones que las crearon, o, tomemos esta otra, las ontologías y epistemes que generaron la crisis climática no pueden resolverla.

La historia de occidente lo demuestra. Ninguna teoría o propuesta nacida en su interior ha sido una salida, pues todas ellas están colonizadas o domesticadas. Todo lo que han producido, por más buenas intenciones que hayan tenido ciertos sectores, han estado atravesados por sus ontologías que en raigambre son coloniales y hegemónicas. Esa es su impronta desde que fueron reducidos también por el logocentrismo cosificador.

Los occidentales recién han empezado un proceso de descolonización, cuando algunos de ellos se han acercado a las filosofías no-occidentales para alimentarse de otras ópticas y elementos que les permitan obtener otras representaciones y concepciones para interpretar la “realidad”. Como consecuencia de ello, algunos han comenzado a buscar en sus tradiciones indígenas o milenarias, es decir, buscan salir del eurocentrismo al haber tomado conciencia de que son parte de un sistema colonialista o dominador por excelencia. Pero, la izquierda, los ecologistas, las feministas, los animalistas, y demás grupos contestarios, siguen encajados dentro de los paradigmas eurocéntricos y sus miles de centrismos.

Prueba de ello, es que ha surgido al interior de occidente diferentes feminismos, y lo mismo en el resto del mundo influenciado por el eurocentrismo. Todos los feminismos de fuera de occidente nacen en afinidad con la izquierda o están influenciados por el marxismo, que son concepciones occidentales y en última instancia eurocéntricas de izquierda. Es decir, estos grupos no cuestionan las bases ontológicas y epistémicas del eurocentrismo, sino tan solo algunos elementos vanos de ella. Lo que significa que no han hecho un des-eurocentrismo total y raigal, esto es, una descolonización de todo lo que se les fue impuesto desde el helenismo y lo semita. Lo que significa retomar los orígenes milenarios que están latentes en sus cuerpos y que vibran con la madre tierra europea, limpiándose de todo lo judeo-cristiano-musulmán.

Nunca podía haber surgido una teoría feminista fuera de occidente, pues en el resto del mundo no hay una visión sectorial, para hacer una acción parcial desligada de todo lo demás. Por ello, en la mayoría de las poblaciones indígenas continúa sin caber el feminismo, pues resulta contradictorio a su condición de integralidad.

El eurocentrismo de izquierda también procedió a introducirse en las poblaciones indígenas de todo el mundo y terminó desarticulándolas, al punto que hoy los pueblos milenarios están subdivididos en partidos políticos, sectas religiosas, grupos económicos, y otros. Y obviamente, la derecha ha hecho lo mismo, pues parten de la misma visión ontológica divisoria y especializadora.

Y lo mismo podemos decir del ecologismo, del espiritualismo new age, del animalismo, del especismo, y de todos los grupos sectoriales que han ido creando. Todos con muy buenas intenciones, pero todos ellos son parte de la misma raíz, en algunos casos hasta del mismo tronco, y solo varían en las ramas.

Todos estos movimientos cobijados alrededor del reivindicalismo como paraguas general, terminan haciendo parches y sus reformas en vez de provocar una transformación estructural terminan corrigiendo ciertas deformaciones de este sistema. De esta manera van perdiendo los horizontes, para quedarse atrapados en lo inmediatista, que solo termina afincando más de lo mismo. Sus cambios no cambian nada de fondo, revitalizan en última instancia al sistema que dicen cuestionar. El capitalismo es cada vez más sutil y mejor elaborado, gracias a la izquierda.

El eurocentrismo sigue invadiendo y conquistando territorios, mentes y corazones en todo el mundo. Siguen colonizando por derecha y por izquierda, llegando al extremo que han surgido feministas indígenas, las que sostienen que fuera de occidente sí hubo patriarcalismo, es decir, que éste no llegó con los invasores.

Tesis que se asemeja a las teorías de la derecha que dicen que Europa vino a sacar a los pueblos amerindios del salvajismo, la idolatría, el fanatismo, la ignorancia, el atraso, etc. Mientras otros sostienen que los pueblos precolombinos eran también conquistadores, imperiales, colonizadores, patriarcales, etc. Es decir, que eran pueblos similares a los europeos, con todas esas desviaciones o deformaciones colonialistas. Estas feministas indígenas coinciden con la derecha, y obviamente con algunas perspectivas de la izquierda, al posicionar y validar todas estas ideas. De dónde las feministas indígenas sacan estas teorías y creencias? De las crónicas de los colonizadores. Igual que la derecha.

Mientras muchos hemos estado cuestionando las teorías oficiales y estamos reescribiendo la historia, pues la historia colonial es una historia interesada, estas feministas validan esa historia para argumentar sus teorías patriarcales precolombinas. Lo que sí hubo fue machismo, aunque no sé si cabe ampliamente esa palabra, pues no existen evidencias de inferiorización estructural de las mujeres, aunque sí de prácticas cuestionables. Machismo no es igual a patriarcado. El machismo no siempre desemboca en patriarcado. El patriarcado no es solo machismo, es mucho más profundo que eso. El patriarcado no está desligado del clasismo, del racismo, del sexismo, del colonialismo, etc. O, todas estas categorizaciones parten o son consecuencia al aparecimiento del patriarcado.

Para nosotros, la dominación de la mujer es sincrónica o paralela a la dominación de la madre tierra o de la naturaleza. Ahí nace el patriarcado, cuando genera la conquista de territorios para domesticar tierras para la agricultura intensiva del arado. De esa inmensa riqueza que se produce, de ahí surge la propiedad privada a través de la acumulación originaria, lo que dará arranque a la aparición de la monarquía, las clases sociales, la esclavitud, las religiones, el estado, el derecho, la policía, etc.

Fuera de occidente jamás se llegó a dominar a la naturaleza en ninguna parte del mundo, nunca se la domesticó y peor se la cosificó. Dicho de otra forma, de la dominación de la madre naturaleza surgió la propiedad privada, que es el germen de todo lo anotado anteriormente. Al exterior de occidente no surgió la propiedad privada, y se mantuvo la propiedad comunitaria, y solo desde que la impuso el conquistador monárquico apareció la propiedad privada en todo el mundo.

No puede haber “patriarcado comunitario” como algunas sostienen, pues, son antagónicos el patriarcado con lo comunitario, es un oxímoron. Hoy existen comunidades en el capitalismo, pero son grupos que no son parte sistémica sino apéndices aislados o periféricos a la esencia del sistema capitalista. Mas bien, cabría decir son colectivos o grupos asociativos, pues lo comunitario es un sistema estructural en toda su configuración orgánica.

Como no es lo mismo decir, sistema DE esclavos, que sistema CON esclavos. El esclavismo es un sistema DE esclavos, y dentro de lo comunitario podía haberse dado la existencia de grupos CON esclavos. En el primer caso es un sistema esclavista, y en el otro, es una desviación o deformación al interior del sistema comunitario.

Siguiendo esta noción, el patriarcado es un sistema de dominación de todo lo que representa lo femenino, y en lo comunitario podría haber grupos aislados de mujeres sometidas, pero que no es estructural o que esos pueblos funcionen dentro de esa condición como es el patriarcado, y cuya base para su surgimiento fue a partir de la dominación de todas las ontologías y epistemologías femeninas tomando como eje central a la diosa-madre y a la naturaleza.

Por otro lado, hoy existen muchas pruebas de que las mujeres precolombinas tenían roles importantes, incluso dirigenciales. Es más, dentro de los Inkas las panakas (familias ampliadas) se organizaban alrededor de la abuela. La madre tierra y todo lo femenino siempre fueron valorados. Incluso sacralizados, por ende, las mujeres. Todo lo contrario en occidente, que desacralizó todo bajo el concepto de extirpación de idolatrías.

Si bien hubo diferencias y jerarquías entre distintos sectores y al interior de los grupos, jamás llegó a surgir el patriarcado, pues como hemos anotado anteriormente, éste se fundamenta en la existencia de propietarios únicos de territorios y la sumisión de todos los habitantes y de la naturaleza a esos dueños en calidad de esclavos. Patriarcado y esclavismo son lo mismo, o, el esclavismo surge del patriarcado.

Esto emerge fuertemente en sumeria en la antigua Mesopotamia (cuna de la civilización occidental) hace unos 6.000 años. Se expande paulatinamente por todo el Medio y Cercano Oriente. Luego los persas colonizan Grecia, los griegos colonizan a los romanos, éstos a Europa, y Europa a todo el mundo en estos 500 años.

Desde el eurocentrismo existe otra lectura y se cuestiona la postura que acabamos de anotar, y es lógico, tenemos formas diferentes de ver la “realidad”. El eurocentrismo de derecha e izquierda tienen una interpretación ajustada a sus categorías y paradigmas, y cuando algo no se ajusta a sus parámetros lo califican de absurdo, atrasado, esencialismo, fundamentalismo. Para nosotros, es simplemente una postura colonizada y colonizadora.

No nos extraña, lo vienen haciendo desde hace 500 años y no han parado de minimizarnos y ridiculizarnos. Pero, algún día tendrán que entender que hay otras categorías, metodologías y epistemes, diferentes a las suyas. Nosotros tenemos otra manera de ver el pasado, de interpretar el presente y de diseñar el futuro.

En este sentido, vemos que el feminismo, en su mayoría, está sirviendo a la fortificación del patriarcado antes que a resquebrajarlo o desarticularlo. Lo mismo que la izquierda, los que solo han terminado corrigiendo las deformaciones que ha hecho la derecha devoradora. Ponen límites y regulan una parte del sistema, pero de ahí nada más, nada que sirva para salir del capitalismo. Solo se dedican a administrar el capitalismo y compiten con la derecha en quién lo administra mejor. Se disputan el estado, el uno más gordo, el otro más flaco, pero es el mismo estado. Y cuando se introducen con los pueblos indígenas lo folclorizan, creando el Estado plurinacional que es el Estado colonial revestido de indígena.

Y la mayoría del feminismo está haciendo lo mismo, solo corrigiendo cierta parte del sistema, y cuyas acciones solo benefician a una élite de mujeres, mientras la mayoría de las mujeres siguen en la misma condición y hasta peor, al igual que muchos hombres pobres, indígenas, campesinos. En definitiva, lo que vemos es que solo ciertas favorecidas mujeres han mejorado su situación con la lucha feminista, con ello consolidando el patriarcado a través de mujeres que dirigen las instituciones patriarcales, a veces mejor que los hombres. Entonces, el asunto de base es la existencia y pervivencia de las instituciones patriarcales, y no la incorporación o inclusión de las mujeres al poder patriarcal.

El feminismo ha hecho reflexionar sobre la situación de la mujer, han hecho valiosos aportes a su discernimiento, pero cuando plantean salidas a la situación calamitosa de la mujer, al igual que la izquierda, solo logran que las mujeres se dividan más y se peleen en cantidad de tendencias.

Nos parece que por ahí no es el camino, ni para el feminismo ni para ninguno de los grupos sociales y ambientales que han surgido desde el eurocentrismo. Nosotros creemos que hay que seguir caminando desde las filosofías milenarias, que han sido tejidas en miles de años, construidas colectivamente, y experimentadas en distintas formas. No fueron perfectas, pero no se puede borrar todo ese conocimiento acumulado y empezar de cero. Hay una vivencia de base que puede ser profundizada, y no aquella manía eurocéntrica de empezar con nuevos experimentos y nuevas utopías que terminan en distopías.

Ello implica aprender y encarnar esas filosofías milenarias, incluidas las de la Europa indígena, para desde allí aportar a la construcción de un mundo equilibrado entre hombres y mujeres, y en todos los aspectos de la vida. No hay que comenzar a inventarse nuevas teorías de liberación o emancipación, que a la final siguen basadas en ontologías monarquicéntricas, que terminan en nuevas formas de dominación, como lo dice la historia de la modernidad.

Solo una descolonización integral y paradigmática del eurocentrismo con todos sus centrismos, permitirá tener otras respuestas a la crisis ambiental y social que vive toda la humanidad y el planeta. Una acción interseccional y transversal permitirá aquello, y esto comienza saliendo de los guetos parciales, para postular una teoría y una acción unificada, que rebase las visiones claustrales para reaccionar colectiva y comunitariamente.

Todas estas teorías y prácticas parciales deberían quedar como enseñanzas y guías de los experimentos realizados, para no volver a repetirlos. 100 años deberían ser suficientes para aprender, y además para despertar la humildad, dejándose guiar por las filosofías milenarias que son profundamente diferentes al eurocentrismo en todas sus variantes y formas. Ojo, no planteamos guiarse por los movimientos políticos indígenas, pues la mayoría están contaminados por distintos colonialismos, sino por las ontologías y epistemologías de los pueblos milenarios de toda la Pachamama.

Mientras existan estos grupos y estas tendencias siempre habrá la posibilidad de la ruptura, la fragmentación y la disputa. La derecha y todos los grupos conservadores nos quieren divididos, la CIA crea grupos para enfrentarnos entre nosotros mismos, y para ello se apoyan en las diferencias que tenemos para ahondarlo más.

Sentimos que solo la “unidad en la diversidad” permitirá lograr las transformaciones que muchos anhelamos. Cuando estemos cobijados por un sentimiento similar y bajo un mismo paraguas conciencial vamos a lograr un nuevo mundo, basados en la diferencia complementaria y no en la igualdad como promueve el eurocentrismo de izquierda.

Ya hemos empezado en aquello, y más bien, les invitamos a que se integren a los movimientos autonómicos, alterativos, integrales, espirituales, que se están formando por toda la Madre Tierra. Hermanas, las esperamos.

atawallpa oviedo freire

Por Alteridad

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