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Atawallpa Oviedo Freire, nacido en el Chinchaysuyu (Ecuador), autor de 12 libros, 6 traducidos al francés, 1 al inglés. Doctor en Jurisprudencia. Master en Gestión Ambiental. Director de la Escuela Alteridad de Altos Estudios. Responsable del Centro Tunupa de Estudios Andinos. Coordinador del Centro de Estudios del Buen Vivir (CEBUVI).
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Algunos fachos, derechistas, blanqueados, aunque, también del otro extremo, que a la final, son lados de la misma moneda, como algunos indianistas, kataristas, izquierdistas, progresistas, dicen que la Wiphala o bandera del Tawantinsuyu es un invento reciente.
Mientras los unos en su complejo racista la denigran, siendo la mayoría de ellos “mestizos” que odian a su lado indio, por el otro lado, hay quienes se aprovechan de ella, como los senderistas y etnocaceristas (Perú), evistas (Bolivia), y otros indigenistas que son solo de cara pues su corazón está colonizado por concepciones y creencias eurocéntricas.
Vamos a demostrarles que la wiphala es antigua, que los ajedrezados son propios, y que es una bandera aunque no en el mismo concepto patriotero y narcisista del eurocentrismo monárquico.
También podríamos llamarla emblema o insignia o símbolo, pero eso no es lo más importante en este artículo. Aquí vamos a utilizar como genérico la palabra bandera, por ser la más utilizada y conocida. Y evidentemente, la whipala es más que una bandera, es todo un conocimiento filosófico.
En esta vasija se puede observar una bandera, la parte de la tela con formas cuadradas en diagonal y el mástil que la sostiene.
Este es un texto fundamental del cronista Bernabé Cobo en su obra Historia del Nuevo Mundo que habla claramente de bandera cuadrada y del arcoíris. Antiguamente se decía Arco Celeste. Hasta ahora en francés se dice L Arc en ciel (Arco en el Cielo).
En todo caso, si la vasija es del siglo 16 como sostienen algunos, la wiphala o bandera tiene más de 400 años según estos keros y no es un invento reciente como sostienen algunos hispanistas e indigenistas.
Aquí otra vasija, al lado derecho la whipala. Sin embargo, hay algunos autores que dicen que estas dos vasijas tienen influencia o es una representación española. Pero vamos a demostrar que el ajedrezado multicolor es plenamente andino, sin discusión alguna. Y, lo de bandera o emblema o estandarte es algo por seguir reflexionando.
Estas borlas son precolombinas y están en el museo de Brooklyn (EEUU). Están datadas entre el año 1.000 a 1.400 dNE. Entonces, por qué inventarse algo así, si fuera el caso. Donde hay otras vasijas o dibujos con el mismo esquema español. Cuál era el propósito de supuestamente introducir algo así. Por qué los españoles no la popularizaron si fueron ellos los que la implantaron.
Ahora vamos a demostrar con otras evidencias que el ajedrezado multicolor es andino y es muy antiguo. Estos bordados pertenecen a la cultura Paracas. Es un manto de hace unos 2.000 años. Se calcula entre el año 100 antes y 200 después de esta era. Este ajedrezado es de cuatro cuadros y cuatro colores, que se observa en el tórax. El personaje es antropomorfo, con patas de halcón o mamani. Y con grandes bigotes. Son 4 Entonces, el ajedrezado no viene de los tercios españoles ni es un invento reciente, ni es creado por Choquehuanca ni Lima, sino que es comunitario y milenario.
Aquí dos vasijas con whipalas junto a las llamas. Acaso esto tiene algo de español, para que sigan argumentando que son con motivos europeos.
Los que se dedican a denostar contra la wiphala, argumentan que el ajedrezado es de los tercios españoles. Y cuando se les presenta esta foto, dicen que es un tokapu y que no es bandera. El asunto de fondo no es, sí hubo o no bandera, sino, si existió o no el ajedrezado multicolor. Quizás no estuvo este símbolo dentro de una tela en forma de bandera o estandarte, sino en tokapu o bordado, pero lo importante es que sí fue configurado este símbolo por los pueblos andinos precolombinos. Y eso es lo fundamental que constituye la wiphala. Por ende ese es un conocimiento andino a respetar y revalorizar, más allá de si es un símbolo en una bandera, estandarte o en un tokapu.
Asimismo, se ha identificado tocapus tipo arcoíris, motivo asociado a la fertilidad, por su relación a la lluvia, pero además es uno de los símbolos de poder de la clase dirigente, de la nobleza inca. Así en el Coricancha, el templo más importante del Cusco, capital del Tahuantinsuyo, el arcoíris ostentó un lugar privilegiado. «Otro aposento (que era el cuarto) dedicaron al arco del cielo; porque alcanzaron que procedía del Sol, y por ende lo tomaron los Reyes Incas por divisa y blasón, porque se jactaban descender del Sol. Este aposento estaba todo guarnecido de oro. En un lienzo dél sobre las planchas de oro tenían pintado muy al natural el arco del cielo, tan grande que tomaba de una pared a otra con todos sus colores al vivo; llamaban al arco Cuichu [sic]”. (Garcilaso, 1985 [1609] Vol. II: 165). El arcoíris llegó a convertirse en un distintivo político, también durante el virreinato, la mascaypacha fue asociado también al arcoíris, así como también su presencia en escudos heráldicos de nobles incas. (EL RETRATO DE BEATRIZ CLARA COYA Y LA INSTAURACIÓN DE UN MODELO ICONOGRÁFICO EN EL VIRREINATO DEL PERÚ. POR ALBA CHOQUE PORRAS)
Algunos dicen que la forma ajedrezada es española, pero en estos gráficos de Guamán Poma en vestidos se demuestra lo contrario.
Otros argumentan que viene de la cruz de Borgoña y de los tercios españoles. Recién en España se instala la cruz de Borgoña en 1506, es decir, era algo en construcción en la naciente España. Se comenzaba a formarse en el norte de España. Y demoró tiempo en instalarse en España, entonces, no cabe esa relación, al menos en el primer siglo de la invasión española, en donde aparecen las vasijas presentadas más arriba con los ajedrezados multicolores que demuestran su existencia en los Andes.
En este gráfico, de una pintura cuzqueña de aproximadamente el año 1600, en el que está dibujado San Miguel portando la whipala. Demostrando que sí existió, y que en este caso es su utilización católica y colonial, en la pretensión invasora de acercarse o de abrirse paso en las poblaciones indígenas, con el afán posterior de colonizarles.
Fue la táctica del colonizador, el crear mixturas para que sean aceptadas inicialmente por los pobladores locales, pues las subsiguientes generaciones solo guardaban los distintivos del invasor. Y de esta manera los pobladores locales se iban olvidando de sus ancestros, tal como sucede actualmente, en el que algunos ya “no tienen sangre en la cara” y se auto desprecian rechazando lo que son, es decir, lo que sus rasgos físicos los delatan, aunque mentalmente pretendan borrarlo. Felipillos han habido durante todos estos 500 años.
Este manto se conserva en Gotemburgo (Suecia), es de más o menos el año 1.000 d NE. Lo cual prueba que el diseño existió, y que no había de uno solo tipo y que no todos tenían los mismos colores, sino que habían varios modelos y que representaban diferentes conceptos y principios filosóficos.
Entonces, como hemos demostrado, ni Constantino Lima ni German Choquehuanca se inventaron la wiphala. Ellos rescataron y revalorizaron para este tiempo el conocimiento del ajedrezado multicolor. La interpretaron para las generaciones actuales. Los keros o vasos que se han encontrado muestran las banderas claramente, seguramente son del siglo 16 pero son reminiscencias de un conocimiento de 2.000 años como mínimo. Entonces ni es invento nuevo ni viene de los tercios españoles como dicen algunos.
Chuspa formando una cruz con los escalonados en el Museo de Brooklyn.
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REFERENCIAS DE LOS CRONISTAS
Y si para los racistas y felipillos no les es suficiente, los propios cronistas hacen referencia a las diferentes banderas:
Si bien ellos interpretaron y escribieron desde sus concepciones monárquicas, medievales, católicas, el que más se acerca es Pedro Cieza de León. Sin embargo, todos los cronistas deben ser leídos desde la filosofía andina, sino se lee literalmente y ese es un error de algunos andinistas. Incluidos, los cronistas «mestizos» Guaman Poma de Ayala, Santa Cruz Pachakutik Salkamaywa, que se convirtieron al catolicismo. En todo caso, la discusión de fondo no es si había bandera, sino, si existía o no el ajedrezado multicolor. Y ya hemos demostrado que sí existió ante de la llegada de los invasores monárquicos. Siendo eso lo principal. Y ese es un conocimiento importante para el mundo andino, pues significa muchas cosas.
Bernabé Cobo (1580 – 1657) en su obra “Historia del Nuevo Mundo”, capítulo 36 anota: “el guion o estandarte real era una banderilla cuadrada y pequeña, de diez o doce palmos de ruedo, hecha de lienzo de algodón o de lana; iba puesta en el remate de una asta larga, tendida y tiesa, sin que la ondease el aire, y en ella pintaba cada rey sus armas y divisas; porque cada uno las escogía diferentes, aunque las generales del linaje de los Incas eran el ARCO CELESTE y dos culebras tendidas a lo largo, paralelas con la borla que servía de corona; a las cuales solía añadir por divisa y blasón cada rey las que le parecía, como un león, una águila y otras figuras. Tenía por borla el dicho estandarte ciertas plumas coloradas y largas puestas a trechos”.
Diego De Silva y Guzmán (1538) más conocido como el anónimo pizarrista en “El ataque a Lima” por las huestes de Quiso Yupanqui, menciona; «Movieron todo el ejército con grandísimo numero de banderas»
Francisco de Jerez escribió en 1534 en su crónica Verdadera relación de la conquista del Perú y provincia de Cusco, llamada la Nueva Castilla: “todos venían repartidos en sus escuadras con sus banderas y capitanes que los mandan, con tanto concierto como turcos.”
Pedro Cieza de León (1553) en su obra “Crónica del Señorío de los Incas”, en el capítulo 23 refiriéndose al ejército inca, menciona; «Y cada capitanía llevaba su bandera y unos eran honderos y otros lanceros y otros peleaban con macanas y otros con ayllos y dardos y algunos con porras y hachas».
Pedro Gutiérrez De Santa Clara (1556), en su obra Historia de las Guerras más que civiles que hubo en el Reino del Perú, dice: «Iban repartidas por capitanías y debajo de banderas y con mucha orden y concierto con gran silencio»
Pedro Pizarro (1576) hermanastro de Francisco Pizarro, en su obra “Descubrimiento y Conquista del Piru”, dice: «Las oscuras líneas del batallón indio se extendían hasta las mismas crestas de las montañas y todo al rededor no se veían más que banderas y cimeras ondeantes».
TAWANTINSUYU, UNA DE LAS MAS GRANDES CULTURAS DEL MUNDO
Más allá de la whipala, cabe anotar que el Tawantinsuyu está considerado en todas las academias del mundo, como una de las grandes naciones en toda historia de la humanidad. Cuando se hace referencia a las grandes culturas del mundo, se nombra a los egipcios, los chinos, los mesopotámicos, los hindúes, los mayas y los INKAS.
No solo culturalmente, sino materialmente. A la época de la invasión del Tawantinsuyu era más grande que cualquiera de los reinos europeos, y más rico que ellos. Tanto es así, que se fueron llevando todas sus riquezas, y con ello lograron salir de más 1000 años de pobreza, delincuencia, enfermedades en la edad media.
Propios cronistas se admiraron del Tawantinsuyo. Es más, la obra de Cieza de León fue traducida al inglés y al italiano, despertando la curiosidad de algunos europeos que querían emular algo parecido para Europa. Tomas de Campanella escribió su obra “La Ciudad del Sol”, y Tomás Moro escribió “Utopía”, donde relatan mundos ideales y su inspiración es el Tawantinsuyu.
Los socialistas utópicos también se hicieron eco y propusieron un sistema parecido para Europa. El mismo Marx, quien lanza su teoría del “comunismo primitivo”. Lamentablemente, todos ellos no entendieron la esencia del sistema andino y terminaron tergiversándolo, pasando la izquierda a hacer teorías estatistas que nada tienen que ver con el Tawantinsuyu.
Más, por el contrario, con sus equivocaciones han dado pretextos a machitos, renegados y acomplejados, para que mancillen a la whipala y al Tawantinsuyu. Ese el error de la Izquierda, de las feministas y de otros grupos que surgen en el eurocentrismo, quienes se aprovechan del pueblo para lanzar sus teorías y acciones que han fracasado en todo el mundo. Lo que ha dado argumentos a neonazis y demás pulpos de ultra derecha, para atacar a los pueblos.
Los colonizadores hace 500 años llamaron salvajes a los pueblos indígenas por no dejarse despojar de sus territorios, hoy los llaman terroristas, terrucos, etc. Los neocolonizadores ya no tienen solamente el rostro “blanco” sino también “moreno” y algunos hasta “indígena” y “negro”. Aunque, también al revés.
El necolonizador actúa por la derecha y la izquierda, de ahí que la salida a todo esto es por la tangente. Es decir, salir de esta dicotomía en la que está atrapada la mayoría de la población, y tomar la vía alterna del Buen Vivir o del vitalismo para salir del eurocentrismo capitalista/socialista.
Bueno antes que nada no se debe demostrar el origen histórico de un elemento de identificación etnica, hoy en día es el símbolo con el cual se pretenden identificar los pueblos originarios, más allá de la coincidencia histórica de un símbolo o la apropiación cultural de.simbolos de origen Prehispánicos, así sea en la forma, aunque no tanto en el fondo. Primero aclaración las dos vasijas que presenta como pre-colombina no lo son, son coloniales y que sean coloniales no significa que fueran hechos por los españoles como pretende al autor, sino que los grupos indigenas hacen uso del sincretismo cultural y pretender asemejarse al uso de banderas. Por otro lado, las vasijas que muestran son artesanías actuales todas asincronicas y que no guardan nada de relación con las culturas Prehispánicas (más seriedad por favor ). Ahora bien, los motivos ajedrezados están presentes en ambos mundos, y si bien la forma cuadrangular está presente en textiles Tiwanaku, se debe establecer que los aimaras no tienen mayor relación con esta cultura, ya que los Tiwanaku hablaban puquina y luego que fueron expulsados de sus tierras por los reinos aymaras, fundaron el cusco. Los aymaras vienen del sur del Perú, de la zona del actual Ica y llegaron al altiplano tardíamente entre el 1100 d.C. El punto aquí que por más que algo no tenga un origen precisimante histórico no lo deslegitima, las poblaciones evolucionan y se transformar, pensar lo contrario es prohibir que los pueblos originarios usen el internet o celular porque históricamente ellos no crearon o usaron estos elementos, por proceso de sincretismo los pueblos pueden escoger símbolos que los identifiquen se base o no en elementos prehispánicos y nadie tiene derecho a deslegitimarlo, mientras que estos signos tengan un valor por la población que los usas, es lo único que importa y merece el respeto del resto de la colectividad. El Perú tampoco tenía una bandera hasta que decidió crearla en los inicios de la república, y esto no hace que a alguien se le ocurra criticar o deslegitimarlo. Punto.
Velko Marušić. Ms. En Arqueología Sudamericana.