Un soplo a las direcciones sagradas con una mirada desde la rueda original de la medicina andina
Christian Jara Zúñiga. Participante en el diplomado Saberes Andinos
La Chakana es considerada para nuestros Abuelos como un indicador, que me muestra una “sugerencia” hacia un nuevo estilo de vida, una forma de vivir en consciencia mayor e infinita que a la vez tiene un trasfondo muy profundo entre el mundo visible e invisible y cuando se juntan, forman kantatayita, la totalidad , creando así “la rueda original de la medicina andina”
Es así donde se puede reconocer a la medicina desde toda su integración, todo estaba unido y nada estaba fragmentado, como hoy lo ve el mundo contemporáneo.
Esta visión equivocada, que, en la actualidad, lo ha fragmentado todo, absolutamente todo, como por ejemplo en la salud, se crearon médicos para cada cosa, médicos para la mente, para los huesos, para los órganos, etc., y eliminaron a los médicos integrativos. Fragmentaron también al amor, amor de pareja, amor de padres, amor de amigos, etc., incluso se desfragmentó el problema, problemas financieros, problemas de pareja, problemas de ideales, etc., olvidándose que el problema es uno solo, “la división o desfragmentación”
Entonces Kantatayita nos recuerda que todo estaba integrado, que el amanecer, el medio día, el atardecer y la noche eran parte del día, del mismo día, que la sabiduría andina es la inclusión de toda la energía y que dentro de esta totalidad se sugería a la vez un soplo de aliento a las sagradas direcciones.
La sugerencia del primer soplo es el SUR y esta dirección es el puntero hacia la entrada de la galaxia en toda su infinita extensión. Mis abuelos cuentan que allí está el Allipunchay y ese es el soplo del Gran Espíritu – Gran Misterio desde el fondo de la verdadera existencia, que el Allipunchay era la manera de respirar del misterio de la vida porque allí existe inhalación y exhalación. Este acto que realiza el Gran Espíritu es la fuerza o presencia eterna a lo que algunos abuelos lo llaman “el eterno”, pero la cultura contemporánea en sus grandes errores científicos le llama ley de Gravedad, pero no es más que inhalación (entrada) y exhalación (salida) de esa fuerza esencial captada por una antena energética que es la Chakana.
Esa misma antena recibe el respiro de Allipunchay y la convierte o emana en fuente de energía hacia la tierra (planeta tierra), entonces es por eso que toda la información cósmica es recibida por el sur (si tomamos en cuenta la forma del continente americano – sur, también tiene punta, es una antena y por eso dicen los abuelos que toda la información de sabiduría la tiene el sur) y que esta información es distribuida hacia todos los demás puntos.
Esto se lo encuentra grabado también en el dibujo del Coricancha, la plancha de oro, donde está en el centro mismo la cruz del sur, como diciendo o sugiriendo que es el centro de toda la rueda de la medicina y el centro de la rueda de la vida misma y que este centro también es la Chakana.
Los abuelos dicen también que esta dirección está representada por una animal de poder , la serpiente, el flujo de energía hacia el cambio de piel , y explicando y comprendiendo nos dice que a través del movimiento la energía no se crea ni se destruye sino se transforma , o sea solo sucede algo diferente, que a la vez es lo mismo pero con una frescura que se recibe a partir de ese movimiento, esa frescura permite fluidez , una fluidez roja como el agua roja (la sangre) la misma que por su color rojo tiene la fuerza de poder captar toda esa energía y por el agua roja nos conectamos con la chakana, recordando también que hay un mar en la galaxia y este mar es como un flujo, un río de estrellas y constelaciones y como el ser humano es una replica exacta de eso , se explica como la sangre del cosmos en nuestro cuerpo, esto nos permite a la vez darnos cuenta que existimos , darnos cuenta que existimos en el cosmos.
En esta dirección de agua está contenida también todo el mundo de las emociones, la verdad la inocencia, el niño interior, el renacimiento, la transformación y el equilibrio de la personalidad.
Luego pasamos por el soplo del ESTE, que tiene que ver con la energía del sol, el resplandor y la claridad.
Está representado por el Cóndor y el águila, además del color amarillo, cuentan los abuelos que mediante la visión el Cóndor el ser humano puede ver el resplandor del sol , la visión panorámica de la vida, la integración, la libertad y el movimiento que a la vez es fuego, la chispa divina de la consciencia, el “darse cuenta” que la vida es como un sueño y que la creatividad de los soñadores es soñar, que somos el sueño y el soñador, el cuadro y el pintor, el tejido y el tejedor , recordándonos nuevamente que todo está integrado.
El Sol nos brinda la capacidad de “darnos cuenta” y las chispas de fuego sería la energía, la luz, la transmutación, el poder del espíritu que me permite soñar a través de la conciencia.
Esta dirección es la de los grandes desafíos espirituales y que siempre nos guía y nos protege en el camino y la búsqueda de la iluminación.
Luego pasamos al soplo del NORTE, representada por el colibrí verde, y el elemento viento que nos sugiere la precepción de ubicarnos en el “soplo” y nos invita a tomar conciencia de que fuimos creados a través de un soplo, ese soplo invisible que también es energía, que al viento no lo vemos, pero lo podemos sentir, es la conciencia misma de lo visible y lo invisible, el paso de lo sutil a lo denso.
Dicen los abuelos que los grandes videntes del universo fueron soplados por esta dirección y que por eso se podían mover a través del viento y del movimiento del colibrí que les podía trasladar hacia cualquier lado con su rápido aleteo y a la vez les ayudaba a recorrer todos los rumbos: arriba, abajo, adentro, a la derecha y a la izquierda y que además sus colores hermosos le mantenían en su centro. Cuentan también que el colibrí solo podía rendirse ante la dulzura, sí, ante la dulzura de las flores.
En esta dirección está la sabiduría y la lógica, la abundancia cuando se honran todas las relaciones, lo sagrado, la paz, la vida, la capacidad de callar y escuchar, este soplo nos recuerda que debemos ser gratos con todo lo que recibimos todos los días. Nos permite a la vez adquirir el conocimiento interior, el arraigo y la conclusión. Nuestros abuelos decían que cuando algo estabas haciendo mal, es porque estabas perdiendo tu norte.
Luego viene el soplo del OESTE, la magia de la noche, de lo azul obscuro y lo negro del Jaguar que lo rige, es la transformación, la salud, la fertilidad y el alimento para encontrar el equilibrio, la estabilidad cuando ponemos los pies sobre la tierra y el asecho del espejo oradado que decían los abuelos que en el centro no tenía nada porque en el centro estaba la consciencia y que la obscuridad no era no ver, sino al contrario, era el complemento de la luz y que la obscuridad y la luz jamás competían por ser más importantes.
Este soplo nos invita a “darnos cuenta” que somos más que seres de luz, que somos esas dos partes que también forman la energía y que somos como el Jaguar, pero atrapados en un disfraz humano, y a la vez es como si fuésemos como ese misterio atrapado en una apariencia humana, pero a través del asecho que es la característica del Jaguar, nos damos cuenta que somos más que humanos.
Todos estos soplos al final son uno solo, en realidad nada está fragmentado sino al contrario todo conforma la totalidad, lo visible, lo invisible, las relaciones, los sentimientos, las percepciones, las artes, las plumas, los seres o animales totémicos y todo en si lo que nos rodea son a la vez Chakana, Chincana y Kantatayita.