
atawallpa oviedo freire
Los cronistas hacen referencia de algunas mujeres particulares o especiales, en el sentido de que cumplían un rol importante dentro de una nación o porque tenían talentos o habilidades fuera de lo común. A todo esto, en idioma quechua se le denomina “Koya”. Una de esas mujeres Koya es Mama Wako.
Cabe señalar que Mama no hace referencia a madre biológica sino a un título o reconocimiento que se le hace a alguien por sus virtudes o capacidades. En el caso de los hombres es Yaya, pero luego de la invasión se utiliza más Tayta o Tata, palabras que no son originarias de las lenguas andinas.
En castellano se suele utilizar también las palabras abuela y abuelo o anciana y anciano, sin que necesariamente alguien sea abuela o abuelo biológicamente, sino en referencia a que es una persona con mucha experiencia y conocimiento. Eso es Mama y Yaya.
Guamán Poma de Ayala es uno de los que hace referencia de Mama Wako y dice en su obra que “fue muy hermosa y morena de todo el cuerpo y de buen talle. Una gran hechicera, según cuentan su vida e historia que hablaba con los demonios, hacía hablar a las piedras y peñas ídolos guacas. De esta señora comenzaron a salir reyes Ingas y dicen que no le fue conocido su padre ni su hijo Mango Cápac Inga, sino que era hija del sol y de la luna y se casó con su hijo primero Mango Cápac Inga”. (Felipe Guaman Poma de Ayala. Nueva Corónica y Buen Gobierno. México, 1993, I Tomo, p. 96.)
El demonio al que hace referencia el mestizo de Guaman Poma es a los Apus o seres inorgánicos que habitan en ciertos lugares de la naturaleza. Habla de “demonios”, pues Guaman se convirtió al cristianismo y habla con las mismas categorías de la iglesia. Hay que leer con cuidado a Guamán Poma y a Santa Cruz Pachakutik, como a todos los cronistas.
Pedro Cieza de León se hace eco de Guaman Poma y añade lo suyo: “Guaman Poma dice que, según le habían contado unos indios muy ancianos, el culto de las huacas había sido una creación de Mama Huaco, hija del Sol y madre y esposa de Manco Capac, el primer mítico rey de la dinastía inca. Mama Huaco habría sido una gran hechicera que, gracias a sus artes mágicas, había hecho hablar a las piedras, los ídolos de madera, los cerros y las fuentes de agua, que contestaban regularmente a sus preguntas.”
Por su parte Martín de Múrua hace referencia de que Mama Wako era la maestra principal en el Aklla Wasi, lo que hoy llamamos una Universidad, y a la que accedían solo escogidas.
De las muchas interesadas que había en todo los Andes y en todo el continente, solo unas pocas eran seleccionadas o aceptadas para internarse en la isla de la luna o Koati del Lago Titikaka en donde estaba este centro de altos estudios.
También anota que Mama Wako era la que enseñaba a conversar con los Apus. No cualquiera puede hacerlo, pues para ello se necesitan ciertas capacidades y conocimientos para lograr aquello, por lo que pocas podían hacerlo.
Entonces, estamos hablando de una particular mujer maestra, y de escogidas aprendices que tenían el honor y la oportunidad de aprender ciertos conocimientos especiales.
Por tanto, no eran escogidas porque eran las más bellas físicamente o porque eran parte de las élites o porque tenían más recursos económicos, como dicen los cronistas y otros escritores.
Las mujeres que vivían y se formaban en la Isla de la Luna, dice Martín de Múrua, se alimentaban del aroma de los frutos que había en los jardines. Seguramente también de las flores, aunque no dice eso. O quizás quería decir de todos los frutos que producen las plantas. En todo caso, habían llegado a alimentarse de energía fina y refinada, y eso revela las condiciones y cualidades de estas mujeres.
En el Aklla Wasi se formaron algunas mujeres, las que también adquirieron el nivel de Mama y de Wako, que repetimos son títulos y no simples nombres.
Tanto la palabra Waka como Wako tienen relación con lo sagrado, lo espiritual, lo profundo, la alta conciencia. Mama Wako sería algo así como la Gran Madre Sabia o Gran Maestra. Y lo mismo Mama Okllo o Ukllu, como la Gran Iniciada o la que traía nuevos conocimientos.
Guaman Poma de Ayala, también anota que Mama Wako fue la madre de Manco Capac, y la describe como la primera Koya. Es decir, que Mama Wako no solo fue una gran maestra, sino que llegó al estado de Koya o de Gran Hija del Sol, algo que pocas mujeres alcanzaban ese nivel. En los hombres se llamaba Inka.
Siempre la pareja llegaba a un nivel de conocimiento o estado de conciencia, y no solamente uno de ellos, pues hacían el proceso de entrenamiento en pareja. Cuando la pareja lograba una trascendencia, a ella le daban el título de Koya y a él de Inka, como hija e hijo del sol de alto rango, es decir, de haber alcanzado la iluminación en sentido literal y no existencial. Esto es, ser luces resplandecientes en un estado de conciencia integral.
La maestra Mama Wako engendró y formó a Manko Kapak, quién llegaría a ser un gran maestro del camino solar (Kapak Ñan), y que cumpliría la misión de ampliar o expandir el Tawantinsuyu más allá del lago Titikaka o lago del sol. Titi en puquina es Sol y Kaka un peñón o un lugar montañoso, en referencia a la Isla del Sol que era el centro principal de las islas que hay en el Lago.
Mama Wako enseñaba a conversar con los Apus o espíritus de la naturaleza, entre ellos con el Apu o Ñusta de nombre Copa o Kopa y que es de tipo femenino.
Esta Ñusta habitaba en la Waka o lugar sagrado en donde actualmente se encuentra la iglesia de Copacabana. Los curas superpusieron sobre la Waka una iglesia y sobre la Ñusta una virgen, la actual virgen de Copacabana. La misma que no existe en realidad, pues es solo una creación de las religiones.
Esta Ñusta o Apu femenino se debió desplazar a habitar en otro lugar, cuando destruyeron su Waka o lugar de residencia.
El cronista Juan Santa Cruz Pachacuti dice que Manko Kapak fundó el Cusco con Mama Wako, aunque la mayoría de cronistas dice que fue con Mama Okllo. Seguramente fue con ambas, su madre y su compañera.
Por su parte, José de Betanzos dice que Mama Wako fue la esposa de Ayar Uchu, es decir, el padre de Manko Kapak
Hay una mescolanza entre los cronistas y no saben diferenciar entre algunas Mamas Wakos que hubieron, es decir, que existieron varias con esos títulos. Por ejemplo, Bernabé Cobo, dice que antes de entrar al Cusco al Inca “le había nacido un hijo de su mujer Mama-Huaco, en un pueblo llamado Managua, que distaba una legua del Cusco, a quien puso Cinchi-Roca y crió con mucho cuidado, como al que le había de suceder en el reino que fundaba”.
Fray Buenaventura de Salidas y Córdova da otra versión interesante: “…entre todas la más hermosa mujer, y más sagaz, llamada Mama Wako, deshonestísima y lasciva con extremo hizose preñar con ayuda del demonio y el hijo que parió sin ser sentida de nadie, se lo entregó a una hermana suya, eminente hechicera, tenida en gran veneración de toda aquella gente, llamada Pilcosisa; criose el muchacho en una cueva llamada Tambo Toco, hasta la edad de cuatro años y publicando entre ambas que dentro de pocos días iba salir al mundo y aparecer en Paccaritambo, lugar junto al Cusco, un infante hermosísimo, para que como Rey y absoluto señor fuese obedecido y venerado en toda la tierra, por ser hijo natural del Sol, que como Dios Supremo que adorasen lo había de enviar desde el cielo, para que gobernase y que este se llamaría Mango Capac Inga”. (Fray Buenaventura de Salinas y Córdova. Memorial de las Historias del Nuevo Mundo Piru. Lima, 1957, p. 14.)
Es decir, que Manko Kapak no nació de forma fortuita, como fruto de una relación sexual nada más o por el simple deseo de tener un hijo, sino que fue planificado e invocado por Mama Wako con ayuda de los Apus. Por ello, Manko Kapak fue especial y no otro individuo más. Fue traído a este mundo siguiendo ciertos rituales y condiciones particulares.
Manko Kapak es otro de los grandes maestros de los Andes, y no ha sido reconocido así, tan solo señalado como el fundador del Cusco. Fue más que eso, el fundador de toda una gran nación de iniciados. La palabra Manko hace referencia a ello, como fundador o gestor de algo especial.
El futuro Inka que se llamaría Manko Kapak fue cuidado y formado por una hermana de Mama Wako, de nombre Pilcosisa y que también era iniciada en el camino sagrado. De ella, el cronista Salinas y Córdova dice: “Después de algunos días entraron a la cueva en una tenebrosa noche Mama Wako y Pilcosisa, hermosamente vestidas y adornadas, y engalanando al Infante con ojotas de oro, y algodón (que fue el primer calzado de los indios), orejeras de oro, manta encarnada y camiseta azul; y por corona una borla verde de algodón, que le llegaba a las sienes con otros dijes de oro y plata, lo subieron al más levantado cerro, y colocando sobre un risco, apareció por la mañana iluminado por el arte del demonio con los rayos y resplandores del Sol, y de la luz, con admirable hermosura; y puestas a los lados de rodillas las dos encantadoras, que tan ganada tenían la opinión, y crédito de sabias obligaron fácilmente a todo aquel infinito gentío a que lo creyese por hijo natural del sol, sin padre ni madre terrenos y lo adorasen por Rey”. (Ibídem, p. 15.)
Es decir, procedieron a hacer el bautizo de Manko Kapak, el mismo que consiste en invocar al espíritu del Sol profundo o Luz Negra, la luz más poderosa entre todas las luces que existen, y le reconocieron como un ser de alto estado de conciencia. Siguiendo la tradición y el conocimiento que tenían los Inkas sobre el camino iniciático solar y lunar.
Tal era el nivel y el reconocimiento que tenían de Mama Wako, que cuando murió fue muy honrada. Dice Bernabé Cobo: “Llegóse la muerte de Mama-Huaco y fue muy llorada, porque duraron sus obsequias más de dos meses. Hicieron los primeros en el Cusco por espacio de diez días, después fue el rey con su corte a cada pueblo y lugar por todo el valle del Cusco, haciéndole en cada uno sus llantos”. (Bernabé Cobo. Historia del Nuevo Mundo. Madrid, 1956, p. 65.)