atawallpa oviedo freire, filósofo-médico andino (watakuk), coordinador de la escuela wirakocha, autor de 12 libros, conferencista-tallerista mundial.
.
Hace unos 25 años cuando estaba en mi proceso de formación en la espiritualidad y filosofía andina, luego de haber renegado de la educación eurocéntrica que me dio el título de doctor, pero que no me servía para nada de lo que buscaba en la vida; fui a Qosqo (Cuzco) en busca de más aprendizajes.
Me quedé maravillado de la ciudad Inka, no había visto un lugar más lindo. Imaginé cómo habrá sido con los muros cubiertos de oro y plata, y lo imponente que se la vería. A la misma época, habrá sido la ciudad más hermosa de todo el mundo. Al pensar en los invasores monárquicos que en cierta parte la destruyeron, me inundó un sentimiento de rebeldía por lo que es capaz de hacer la ambición y la ignorancia. Todavía más, se atrevieron a calificarlos de salvajes, cuando ellos lo eran en realidad. Y hay quienes lo creen hasta el día de hoy, y siguen despreciando a los habitantes milenarios de estas tierras.
Fui a Saksaiwaman en una de las colinas de Qosqo, y me quedé todavía más impresionado. Un kilómetro de muros compuesto por rocas inmensas, de alrededor de 70 toneladas de peso. Cómo la construyeron. Cómo pudieron traerlas. Cómo pudieron posarlas. Qué tecnología tuvieron? Nadie tenía respuestas exactas. Hoy se sabe que fueron construidas con la técnica de geopolimorfos, es decir, hacían grandes moldes y ahí introducían piedras pequeñas, y para compactarlas ponían compuestos de plantas y de ciertos elementos, los que procedían a hacer un ensamblaje de todos los materiales introducidos para formar un solo cuerpo.
Un conocimiento y una tecnología admirable, que los estultos invasores monárquicos no sabían cómo explicarlo, y que el cura Diego de Landa se atrevió a decir que eso solo lo podía haber hecho el diablo. Otros han dicho que era obra de extraterrestres. En fin, tanto desprecio para los pueblos milenarios, que solo refleja el suyo propio.
Emocionado me acerqué a una de las inmensas rocas, le acaricié, y le comencé a decir que estaba muy feliz y honrado de estar en ese lugar, de que estaba admirado de todo lo bello que veía. En fin, le declaraba todo mi respeto y amor para ese lugar. Cuando escuché: “Tengo un regalo para ti”. Regresé a mirar atrás mío, pensé que alguien me hablaba, pero no había nadie. Me quedé sorprendido. Recordé que la voz salió de dentro de la roca. No entendía lo que estaba pasando. Pensé: ¿un regalo para mí?, pero no veo nada. Busqué por todo lado mi regalo, pero no aparecía. Hasta que vi un pequeño hueco en la roca. Introduje mi mano y sentí algo. Lo tomé y lo saqué. Era una piedra en forma de pirámide, muy difícil de encontrar esa forma. Me encantó y agradecí ese hermoso regalo. Años más tarde regresé y ya no encontré el pequeño hueco en la roca.
Seguí caminando por todo el lugar, un poco cansado me senté a descansar en un puesto que era como una concha acústica. Miraba el horizonte cuando de pronto, escucho que me dicen: “Cierra los Ojos”. Igual, pensé que era un ser humano, pero no había nadie. Nuevamente me dije: qué está pasando. Cerré los ojos y comencé a ver un lugar: era de noche, la luna estaba llena, al filo de una montaña habían casas de color blanco, y para llegar a ese lugar había que atravesar un puente de piedra sobre un río.
Mi mente racional se asustó y me dije: dónde estoy, qué estoy viendo. Asustado abrí rápidamente los ojos. Seguía en el mismo lugar y todo parecía normal. Cerré nuevamente los ojos, pero ya no vi nada más. Le conté a un maestro que guiaba el grupo en que participaba y me dijo: tuviste una visión. Nunca había experimentado ni vivido algo así. Me sentí honrado, pero al mismo tiempo preocupado, pues mi formación racionalista no podía explicar lo que había vivido.
Años después comprendí que los denominados espíritus de la naturaleza o Apus en la terminología nativa, me habían hablado y me habían hecho esos regalos profundos. No fue fácil aceptarlo, pues según la ciencia no existen, pero lo cierto, es que en todas las culturas del mundo se hablan de ellos, pero para los supuestos científicos todo era pura imaginación o mitologías, como el racionalismo las califica despreciativamente.
Pero luego viví otras experiencias y terminé aceptando de que existen estos seres inorgánicos o invisibles, los que pueden tomar posesión de un cuerpo de la naturaleza y ahí vivir. Pudiendo desprenderse de ese sitio y luego regresar para tomar la energía, por ejemplo, de una montaña o un lago, etc. Es decir, siempre necesitan tomar un cuerpo físico y alimentarse de distintos tipos de energía, como todos los seres que viven en la Tierra y el Cosmos. Todo es intercambio de energía.
Algunos apus tienen cualidades o capacidades superiores a los seres humanos, pudiendo algunos aprender hasta idiomas y hablar directamente con alguien a según su voluntad. En otros casos deben ser invocados por gente que tiene la capacidad y el conocimiento para poder hacerlo. Los poderosos apus andinos hablan idiomas nativos, y han aprendido también el castellano para comunicarse, como pasó en mi caso.
En la mayoría de los casos la comunicación entre humanos y apus es por otras vías o medios, especialmente por aquellos que leen la coca, el tabaco, y otros elementos. O entrando en otros estados de conciencia a través de las plantas maestras, la respiración, la meditación, etc. Hay apus con poderes y capacidades limitadas, y al contrario, muy poderosos y muy influyentes sobre los seres humanos y demás seres de la naturaleza.
En tamaños pueden ser muy pequeños hasta muy grandes como una montaña, y pudiendo generar reacciones sobre la naturaleza, como provocar rayos, heladas, etc, o al contrario detenerlas o desviarlas. Habiendo unos pocos apus poderosísimos que pueden tomar forma humana, pero máximo resisten 30 minutos pues les toma mucha energía el hacerlo. Y por último, son de diferentes estados de conciencia o de nivel espiritual.
Siempre han existido y existen, surgieron antes que el homo sapiens, y han sido parte de la historia humana. La ciencia oficial cree que son supersticiones e imaginarios de pueblos míticos, irracionales o atrasados. Otros lo han asociado con dios y el diablo, es decir, de que estos personajes intervienen en la vida humana en forma buena y mala, respectivamente. Siendo en parte así, podríamos decir que hay varios dioses o espíritus de alta vibración, y en sentido inverso también.
Así se convivió por millones de años, hasta que surgió la religión hace unos 7.000 años, enviándole a dios fuera de la existencia, y dándole forma de hombre (no de mujer) e identificándolo como un solo individuo (monoteísmo). Solo le dejaron en la Tierra al tal diablo, visto también como un solo personaje y con forma de hombre. Dios y el diablo tienen forma de hombre, y la supuesta culpable de la expulsión del paraíso es una mujer.
Todos los pueblos tuvieron relación con estos apus en todo el mundo, pero algunas personas, no sabían que eran presas o siervas de ciertos apus y de otras entidades de baja frecuencia, y otros que si lo sabían trabajaban en conjunto por intereses comunes. Es decir, muchos creen que todos los apus son iguales y que tienen los mismos propósitos, sin comprender, que al igual que entre los seres humanos, hay apus y otros seres inorgánicos en distintos estados de conciencia.
De la misma manera que hay humanos, como Hitler o como los grandes tiranos en la historia mundial, también hay apus malévolos que viven y piden sangre, alcohol, azúcar, etc., a través de sacrificios de animales y hasta de humanos. Estos son los apus de baja frecuencia. Y obviamente, hay apus intermedios y de alta frecuencia, como igual seres humanos en esos diferentes estados de conciencia.
Estas personas de alta vibración se dieron cuenta de aquello y han promovido que no se contacte ni se alimente a los apus depredadores. Y obviamente, han habido reacciones contra ellos, tanto por humanos y apus de baja frecuencia, como se cuentan de algunos personajes en la historia mundial.
Jesús cuestionaba aquello, cuando se levantó contra la religión judía y les enfrentó a los sacerdotes en el templo de Jerusalén, pues los creyentes judíos tenían la costumbre de hacer sacrificios de animales. Jesús no estaba de acuerdo con ello y con los sacrificios humanos que también hacían, a más, de cuestionar al imperio romano y a los reyes judíos que sometían a su pueblo, y que eran personas en estado de frecuencia baja, lleno de ambiciones, de egos, de afán de dominación. Todo lo cual, a Jesús le costó su vida. Le mataron en la cruz, como asesinaban desde hace 300 años atrás a Jesús, con todos los rebeldes e insurgentes que se rebelaban al poder económico, político y religioso de esa época.
En el caso de los Andes, pasó algo parecido con Tunupa. Este maestro también pregonaba el terminar con estas prácticas, y motivaba a contactarse solo con apus de alta frecuencia. Los practicantes de baja frecuencia le atacaron e intentaron matarle. Le amarraron sobre una cruz que él llamaba tawapaka, que es la cruz de cuatro lados iguales, y con la cual, difundía toda la sabiduría que se enseñaba en Tawanaku y de quienes habían logrado acceder a altos estados de conciencia. Amarrado sobre su cruz le lanzaron al agua del lago Titikaka o Virakocha para que se ahogara. Afortunadamente no fue así, el apu femenino llamado Kupa lo salvó y que ahora le toman como una irgen y le llaman la virgen de Copacabana, pero es un apu benévolo de la serenidad, del amor, de la alegría, que eso significa Kupa en idioma quechua.
Esto lo relatan a su forma los cronistas españoles y fueron recogidos como mitos. O, también han sido acopiados en formas verbal por pobladores nativos, que han sido repetidos por varias generaciones, y con ciertos añadidos que lo cuentan hasta el día de hoy.
Y así han atacado a otras personas y templos, como posiblemente también atacaron al monasterio de Tawanaku y lo destruyeron. Cuando llegaron los invasores monárquicos a Tawanaku, pensaron que había quedado a medio hacer, pues los muros estaban desperdigados por todo lado. Pedro Cieza de León cuenta en su libro Crónicas del Perú que pensó que no habían avanzado a terminar, pero hoy sabemos que Tawanaku fue destruido, y hay algunas teorías al respecto.
La una, es que hubo una gran inundación que rellenó el lago, el que procedió a desbordarse e inundar a todos los territorios aledaños, destruyendo lo que encontraba a su paso. Actualmente, la teoría más aceptada por los investigadores, es que Tawanaku fue destruida por obra humana. Quienes lo hicieron? Dicen que posiblemente ciertos grupos de aymaras que llegaron desde más el sur, esto es, del actual norte de Argentina y Chile.
En todo caso, hoy se sabe con claridad que los aymara no son originarios de la región que actualmente ocupan, sino que ellos atacaron a los Tawanakus (Chiripas y Pukara) y los sobrevivientes huyeron hasta la parte sur del actual Perú y a la parte norte de la actual Bolivia (kallawayas).
Habrían habido ciertos grupos expansionistas aymara que eran muy beligerantes y que mediante la guerra expulsaron a los tawanakus o puquinas. Y quizás ellos destruyeron Tawanaku, pues no se conoce de otros pueblos que invadieron este territorio. En todo caso, es algo que debe seguirse investigando, quién o cómo se destruyó el monasterio de Tawanaku. Y en particular los monolitos sobre Tunupa, hay uno cortado la cabeza y otro monolito a nivel del pecho, dividido en 2.
Lo concreto, es que las prácticas de contacto con apus de baja frecuencia se mantienen hasta el día de hoy. Hay quienes todavía siguen diciendo: si el apu te pide sangre, hay que darle. Y efectivamente, así lo hacen. En La Paz pululan estos apus de faja frecuencia, aunque también de mediana y alta frecuencia.
Una vez me enfermé muy grave en La Paz, estaba muy débil y emocionalmente muy frágil, por lo que emanaba una energía pesada, energía que es deliciosa para las entidades de baja frecuencia, y empecé a sentir cómo llegaban y se alimentaban de esa energía. Es más, me provocaban situaciones de miedo, para que generará más esa energía. Estuve postrado un mes sin poder caminar, pasaba solo acostado y me había sensibilizado a las energías, al nivel que las podía sentir más fácilmente, como también a los seres inorgánicos que existen por todo lado.
Cómo estaba agotado física y emocionalmente por la enfermedad, decidí abandonar La Paz y logré recuperarme rápidamente a todo nivel en Quito, mi lugar de origen. Ahí comprendí más la presencia de estos seres inorgánicos dañinos, pero al mismo tiempo de la presencia de apus benéficos, en los cuales hoy me apoyo y me sostengo. Estos apus de alta frecuencia me cuidan y me protegen de los apus y hechiceros que hay todavía en varios lugares de los Andes.
Algunos practicantes no lo hacen por maldad, sino por desconocimiento. No saben que están atrapados y que son dependientes de estos apus y otras entidades, pues ellos los ayudan en sus actividades, aunque a cambio les piden hacer cosas terribles. Es posible invocar a los apus de alta frecuencia, pero muchos no lo saben o no pueden hacerlo, y por ende, no hay mayor intervención de estos apus. Al parecer ya no hay quienes pueden contactar con esos Apus de alta vibración. Pedro Cieza de León cuenta que Mama Wako era la experta en contactarse con los apus y enseñaba cómo hacerlo.
Hoy toca despertar y activar a estos apus de alta conciencia, para terminar o disminuir estas prácticas dañinas. Éste es, lo que se llama el camino del corazón, que necesita ahora de más personas para hacer otro mundo, también desde este ámbito.
atawallpa oviedo freire