
Por Atawallpa Oviedo Freire
Filósofo Andino, Fundador del Movimiento al Buen Vivir Global, Director de la Escuela Superior Alteridad.
“Los caciques, que eran los señores, y los bohiques (que llamaban a los sacerdotes) en quien estaba la memoria de sus antigüedades, contaron por muy cierto a Cristóbal Colón y a los españoles que con él pasaron, que algunos años antes de su venida lo habían ellos sabido por oráculo de su Dios. (…), vendrían (…) unos hombres barbudos (…), que hundiesen de un golpe un hombre por medio con las espadas relucientes que traían ceñidas, (…) haciéndose señores de ellos y de su tierra.”
Este pequeño texto es una parte de lo que escribió el padre Gerónimo de Mendieta en su obra “Historia Eclesiástica Indiana”. El contenido de esta obra es tan importante, que la Casa Real de España impidió su publicación y recién se la divulgó en México 300 años después de lo que fue escrita.
Las preguntas que surgen inmediatamente a este texto, son: Cómo los sabios o maestros de Abya Yala (América Profunda) sabían algunos años antes de que vendrían aquellos hombres que se apoderarían de ellos y de sus tierras. Qué conocimientos o capacidades tenían ellos para predecir lo que sucedería. Si ya sabían lo que les esperaba por qué no hicieron algo para prevenirlo o enfrentarlo. Era posible contrarrestar lo que advenía. Había que eliminar al hombre barbudo que llegaba.
Mendieta no es el único que recoge esta afirmación por parte de los indígenas del Caribe, otros también lo acopiaron por toda Abya Yala, ya que fue conocido en varias regiones de este inmenso continente lo que se advenía, sin que necesariamente se haya propagado desde algún lugar en particular.
Pero lo más interesante, es que no solo que sabían que llegaría “la noche en mitad del día”, como fue otra frase recogida de la memoria verbal de los pueblos originarios, particularmente de lo que hoy es Ecuador, sino que dijeron que después de 500 años, no antes ni después, regresará “la luz en mitad de la noche”.
Este mito de regreso o de retorno también se recogió en toda Abya Yala, dicho de distintas maneras y con diferentes nombres: Wirakocha, Inkarrí, Ketsalcoalt, Kukulkan, Bochika, Komizawall, Iberogun, Gukumetz, Sumé, Mama Grande, etc.
Valga precisar que entendemos al mito como otra forma de racionalidad (no de razón) expresada mediante símbolos y metáforas siguiendo un pensamiento integral, y no a un pensamiento lineal y racionalista que entiende al mito como algo imaginario o sobrenatural.
Acaso este «regreso de la luz en mitad de la noche» de la que hablaban hace 500 años los maestros de Abya Yala, es “el declive de la hegemonía occidental” y “el advenimiento del tercer nomos de la tierra” del que habla Walter Mignolo en su texto el “El tercer nomos de la tierra: la declinación de la hegemonía occidental y la continuidad del capitalismo”.
Este pronóstico del tercer nomos al que hace referencia Mignolo (que por cierto para el mundo andino sería el décimo nomos o pachakuti) está basado en los acontecimientos que se han dado en estos 500 años y muy especialmente en los últimos 100 años. En cambio, los maestros de Abya Yala lo pronosticaron hace más de 500 años; en base a qué, cuáles fueron sus presupuestos de observación y de conclusión?
¿Cuándo hablan de que llegará la noche, es decir, del oscurantismo (como interpretaríamos mejor ahora), acaso se están refiriendo a la civilización, la modernidad y el capitalismo. Y, el regreso de la luz es la referencia a lo no-occidental, la transmodernidad y el trans-capitalismo? No decimos poscapitalismo, porque sería una profundización o reconfiguración del capitalismo, sino algo más allá del capitalismo y de la modernidad, pero ¿acaso también será más allá de la civilización como tal?.
Para entender todo esto, debemos precisar que la hegemonía occidental si bien no logró imponer completamente en todo el mundo todas sus epístemes y ontologías, pero sí logró imponer su capitalismo en todo el planeta. El capitalismo ya no es exclusividad de occidente, pues ahora otros países se disputan la matriz colonial de poder, a la que hace alusión Mignolo en referencia al profesor Aníbal Quijano. Es decir, el capitalismo ya no está controlado solo por occidente, sino por varios países que no comparten la misma filosofía y epísteme eurocéntrica, aunque hay muchas influencias.
Las ontologías y epístemes de la hegemonía occidental vienen del helenismo, la que creó a la civilización como algo totalmente diferente a lo que había existido anteriormente, dando por primera vez un giro ontológico en la historia mundial. Por ende, el helenismo cuando llega a su etapa cumbre crea el capitalismo, como el proyecto económico superior de la civilización en su etapa de la modernidad. Este capitalismo, como sistema económico, y la modernidad, como sistema ontológico y epistémico de occidente, se extienden por todo el mundo, pero solo logra imponerse el sistema económico capitalista, más no totalmente la modernidad occidental con su pretendido objetivo de occidentalizar a todo el planeta.
Dicho de otra forma, fuera de occidente el capitalismo es básicamente una expresión económica dentro de su propio modelo ontológico y epistémico, por ejemplo, los países islámicos o chinos o hindúes que tiene otra matriz cultural a lo occidental pero que en lo económico se manejan capitalistamente. China es un país de estado totalitario, de matriz ontológica ancestral y con una economía capitalista. Los islámicos y hindúes son países de estado teocrático, de matriz originaria, y de economía de mercado. EEUU es un país de estado y economía capitalista y de raigambre occidental. Etc.
En una primera etapa existió el mercantilismo (que fuera controlado por las monarquías de Europa y Asia) y que dará origen en occidente al capitalismo impulsado por la naciente burguesía europea. Esto quiere decir, que la auto denominada revolución francesa o la revuelta de la burguesía no exterminó el mercantilismo, sino que lo repotenció para dar surgimiento al capitalismo, dentro de su misma matriz ontológica denominada la civilización. Es decir, la burguesía no se propuso afectar a la civilización que es la base que le sustenta, y dándose básicamente un cambio de clase y de forma de producción, pero dentro del mismo paradigma eurocéntrico. Como antes sucedió con los señores feudales, y posteriormente con las experiencias socialistas de la pequeño-burguesía estatalista. Es decir, no dieron un giro ontológico, como si hicieron los griegos para dar nacimiento a su nuevo paradigma y al que le llamaron la civilización. Solo dieron un giro de clase, pero dentro de las mismas estructuras raizales.
Dicho de otra forma, el capitalismo no terminó con la monarquía como tal, sino que recreó la monarquía del capital, pues la burguesía naciente mantuvo a la matriz ontológica y pistémica fundante, que ahora ellos pasaban a dirigirla y enarbolarla a nuevos niveles y formas. Siendo esto mismo lo que quiere hacer la izquierda, controlar la nación-estado creada por la burguesía para construir su socialismo, pero dentro de la misma civilización embrionaria, es decir, guardando las mismas ontologías y epistemes eurocéntricas. De ahí, que la diferencia con la derecha es ante todo de clase, nada más. Por ello, la izquierda es eurocéntrica y eurocentrada.
Entonces, es importante comprender claramente que el capitalismo es la cúspide de la pirámide creada por la civilización, a los casi 2000 años de haber nacido o de haber sido emergido por los llamados “griegos clásicos”. La civilización cuando nació fue esclavista, luego feudal, y terminó capitalista. El esclavismo griego creó la civilización y los romanos la impusieron principalmente en Europa. El feudalismo solo existió en Europa. El capitalismo nació en Europa, pero luego la extendieron a todo el planeta. La modernidad nació en Europa, pero no han logrado occidentalizar a todo el mundo. Fuera de occidente no hay la modernidad, sino una forma capitalista de vida dentro de estados ancestrales hegemónicos.
El capitalismo es a donde debía llegar la civilización en su etapa superior, y si el capitalismo está en decadencia o en caos, lo está la civilización en su conjunto, es decir, toda la pirámide eurocéntrica. Por tanto, nosotros consideramos que el fin de la hegemonía occidental si equivale al fin del capitalismo como sistema socio-económico y de toda la civilización o del eurocentrismo en su conjunto. Ya han caído las epistemes occidentales como verdades absolutas, como lo señala el profesor Mignolo, por ende, la auto denominada civilización como tal, y luego irán desmoronándose todas sus partes constitutivas y que sostienen al capitalismo.
Solo en occidente el capitalismo es una simbiosis económica, política, social, cultural, epistémica, ontológica; fuera de occidente es un aditamento o absorción económica a su fuente onto-epistémica. Sin embargo, el capitalismo ha provocado el cambio climático planetario, lo que implica que con la caída o transformación del clima y sus consecuencias, se caerá el capitalismo por añadidura. Lo que conllevará a un cuestionamiento de todos los principios y valores ontológicos y epistémicos de todos los pueblos que afectaron a la Madre Tierra. Esto implica una trans-civilización, un trans-antropocentrismo, un trans-estatismo, una trans-democracia, etc.
Qué es la trans-civilización
Si la civilización o lo llamado occidental tiene apenas unos 2500 años de existencia, todo lo de fuera de occidente tiene por lo menos 30.000 años de antigüedad. Esto quiere decir, que todos los pueblos de fuera de occidente siguieron un curso relativamente propio por miles de años, hasta que se interpuso la civilización en su desenvolvimiento intrínseco a través de su proyecto de conquista de todo el planeta. Auto misión iniciada por los emperadores romanos y que para ellos era el proyecto de civilizar a toda la humanidad a la que consideraban bárbara y salvaje. Imponiéndoles todo, desde bautizarles con sus nombres a los distintos continentes, llamándolos Asia, África y luego América, como bien lo ha reseñado Mignolo. Por cierto, la palabra Europa lo impusieron también los griegos a este continente.
Dicho de otra forma, el proceso autónomo a su propio desenvolvimiento que seguían los continentes enunciados, fue truncado hace 500 años por las monarquías europeas. De lo cual, se ha generado durante todo este tiempo una lucha, entre la milenaria Abya Yala y el nuevo mundo de la América occidental. Y lo mismo en el África y en Asia, continentes éstos que no han disputado el nombre que les impuso el hegemonismo eurocéntrico. Parafraseando al profesor Mignolo y a su vez éste a O´Gorman, diríamos, que Abya Yala no fue “descubierta”, sino inventada e integrada al imaginario geopolítico cristiano occidental como América.”
Por cierto, el término occidental es también otra imposición eurocéntrica, pues ellos se pusieron al centro y arriba en los mapas del mundo o de la cartografía planetaria, cuando en realidad o en la práctica Europa no está arriba ni al centro de nada, pues el planeta tierra no está parado ni el meridiano de Grenwich está al centro de nada. Los términos: norte, sur, este y oeste, son otra imposición más. Sin embargo, con el fin de la hegemonía occidental y de la civilización que estamos viviendo, actualmente hay quienes ponen los mapas con el sur o el este arriba. Este último sería el más acorde, a partir de tomar como referente al sol, el astro principal de este sistema solar.
La civilización como producto helénico
Hasta este momento solo hemos hablado de civilización a secas y no de civilización occidental, pues para nosotros ambos términos son una tautología, la civilización es una creación de occidente, más precisamente una creación griega, y que luego fue impuesta a los pueblos indígenas europeos o a los pueblos no civilizados de Europa, para construir lo que se llamó posteriormente lo occidental. Los emperadores romanos que adoptaron la civilización o el invento de las élites griegas racionalistas, cuando decidieron conquistar Europa fueron con el propósito de lo que ellos llamaban civilizarles, pues también consideraban a los pueblos indígenas u originarios de toda Europa y el mundo como salvajes y bárbaros. Y luego los romanos también adoptaron el cristianismo y de la misma buscaron cristianizar a los europeos (y a todo el mundo) pues también los consideraban paganos e idólatras. Algo que se mantiene hasta el día de hoy y siguen con ese mismo propósito: civilizar y cristianizar, es decir, occidentalizar a toda la humanidad. Y lo propio lo quieren las otras religiones monoteístas, como igual los marxistas, y otros homogenizadores universalistas.
Los romanos procedieron a exterminar las culturas originarias de Europa, las mismas que habían recreado sus propias ontologías y epistemologías, para imponerles las concepciones patriarcales y racionalistas de los griegos platónicos y todos los mitos fundantes de su sistema llamado la civilización. Las élites griegas crearon las civilis y la polis, con el propósito de diferenciarse ontológicamente, pero además para separarse territorialmente de los campesinos, de los pobres, de los esclavos. A todos los cuales les consideraban inferiores, y a los que también les denominaban indígenas, endemoniándose desde ahí esta palabra y que fue asociada también con indigente. Es decir, los ricos griegos menospreciaban a los indígenas griegos considerados bárbaros y salvajes, y recrearon otro mundo solo para ellos y ese mundo era la polis, el germen de la civilización.
Si bien siempre hubieron guerras entre los pueblos indígenas de Europa, sus ontologías y epístemes eran similares entre ellos, y solo los romanos dieron un giro ontológico y epístémico a la Europa indígena o milenaria para recrear la Europa civilizada y cristiana, posteriormente denominada civilización occidental. A la final, la civilización de origen griego y el cristianismo de origen semita terminaron fundiéndose a través de la iglesia católica apostólica y romana, y luego creando y configurando lo que ahora conocemos como lo occidental.
A su vez, los europeos civilizados y cristianizados se han encargado de hacer lo mismo que hicieron los romanos con ellos en el resto del mundo, aunque no han logrado civilizar o mejor sería decir domesticar y dogmatizar a todos los pueblos del mundo en estos últimos 500 años, como sí lo consiguieron casi totalmente con los europeos, en un período de más de 2000 años, especialmente en la edad media o época oscurantista que duró 1000 años. Decimos no totalmente, porque ahora hay un renacer o despertar de los saberes indígenas en Europa, como igual en todo el mundo. Por qué será.
Los griegos impusieron el paradigma, el modelo social y el término de civilización, como el estadio superior de la humanidad y el necesario que debía ser asimilado por todo el mundo. Y casi lo lograron en estos últimos 500 años, pero ya no podrá avanzar más con el fin d ela hegemonía occidental. Los griegos clásicos crearon la dicotomía cultura/civilización en la que cultura era un nivel inferior y que estaban en un estado intermedio entre los pueblos salvajes y los civilizados. (Fórmula que se sigue utilizando de esa manera hasta el día de hoy).
Entonces, la civilización no es un proyecto que haya existido de fuera de los griegos, es una creación estrictamente helénica y de ahí impuesta al mundo. Los europeos civilizados asignaron todas las instituciones civilizatorias a casi todo el mundo, en una suerte de civilizacentrismo, por lo que muchos utilizan el mismo concepto griego, pero ante todo la palabra civilización para referirse a las grandes culturas del mundo, y hablan de civilización china, civilización egipcia, civilización babilónica, civilización maya, civilización inca, etc. Todo lo cual, denota el colonialismo enraizado de muchos intelectuales que siguen está lógica clasificatoria asignada por el pensamiento helénico.
Por tanto, la única civilización es la occidental, en la que civilización es el estado de domesticación de la razón y de dogmatización de las teorías o ideas, a partir de la subyugación de todo lo demás, esto es, de la sensibilidad, la afectividad, la emocionalidad, la sexualidad, la feminidad, etc. Es decir, es la pérdida de lo culto o cúltico que tenía un sentido integral, por una visión de carácter reduccionista monocular centrada solamente en la razón.
Esto hace, que algunos eurocentrados hablen de que estamos viviendo una crisis de civilización o un choque entre civilizaciones (Huntington), cuando lo que está en crisis, y más que en crisis, en caos, es la civilización como tal, y que son las ontologías y las instituciones griegas. Por eso, desde la intelectualidad eurocentrada solo se habla de transmodernidad, hasta de transcapitalismo, pero nadie habla de trans-civilización, que implica cuestionar a las bases ontológicas y epistémicas elaboradas por el helenismo. Lo que implica repotenciar la cultura, en el sentido de cultivar la vida o la crianza de la vida, como forma de existir, ser, y estar.
En este sentido, nosotros hablaríamos de la decadencia de la civilización como extracción griega y no de lo occidental en sí mismo, pues al interior del occidente geográfico hay quienes también están cuestionando a este paradigma racionalista, antropocéntrico y reduccionista, especialmente el movimiento celta. Parafraseando nuevamente a Mignolo, sería el cierre de la civilización desde también occidente. Esto significa, que no se trata de buscar una pos-civilización o nuevos proyectos civilizatorios (como dicen otros, incluso los decoloniales), sino una trans-civilización o de alternativas a la civilización. Y en la que incluye también el nombre, para no comenzar a ponerle apellidos como han hecho con el desarrollo y el crecimiento.
A propósito de los decoloniales, me parece que la frase de Mignolo de “una crítica eurocentrada del eurocentrismo” referida particularmente a Spengler y Huntington, también se aplicaría para algunos decoloniales, a quienes nosotros también hechos hecho algunas críticas, en particular a Dussel, Grosfoguel, Castro-Gómez.
Entonces, la humanidad no ha ido progresando o desarrollando desde la época salvaje o primitiva hasta una época no-salvaje o civilizada, sino, desde la época en que se vivía en el continuum de la naturaleza hasta la ruptura que produjo la civilización creando un mundo contra natura o anti natural. La civilización no ha sido un acto de superación o de mejoramiento, sino de decadencia al haber roto con la Madre Tierra y que los griegos le terminaron llamando la naturaleza. Y ahora nos encontramos tratando de recomponer y de retomar la comunión con la Madre Tierra y el Padre Sol, para tejer el mundo y la vida humana en armonía y complementariedad con todas las formas de existencia, en un nuevo nivel de conocimiento y de profundidad al que llegaron nuestros antepasados.
En otras palabras, está en caos lo que ha construido la civilización en todo su proceso hasta nuestros días, esto es, el estado, la democracia, la justicia, la iglesia, la policía, los partidos políticos, y todo lo que nos gobierna actualmente, y que se han impuesto en casi todo el mundo estas instituciones civilizatorias. Si bien hay formas culturales propias en el resto del mundo, se han impuesto la mayoría de las instituciones griegas en la administración de esos países, y ante todo el sistema económico capitalista.
Por tanto, no se trata solamente de terminar con el capitalismo, como quiere la izquierda, sino con todas las instituciones civilizatorias o domesticadoras que nos gobiernan. Esto implica, algo diferente a lo que conocemos como el Estado, que no había en las culturas indígenas de todo el mundo, es decir, también en la Grecia indígena o ancestral. Había evidentemente un sistema de organización, pero que no era el Estado. Siendo esto fundamental para hacer posible otro mundo, por lo que tiene que haber un trans-estatismo.
En el caso de los Andes, especialmente en la época Inca, había una confederación de comunidades (llamadas ayllus), concentrados a su vez en una federación de ayllus (lamadas markas), y la federación de markas (formando suyus), todos los cuales constituían una confederación de cuatro suyus o regiones. Y justamente llamando así a su territorio: Tawantinsuyu. Tawa: cuatro, ntin: confederación, suyus: regiones. Lo que significa, que sí es posible algo más allá del Estado.
Incluso, Marx hablaba de que en el comunismo se extinguirá el estado, por lo que se puede pensar que el estado de creación civilizatoria no es algo absoluto o infinito. Empero, lo que no se han dado cuenta hasta ahora la mayoría de marxistas, es que no tenemos que fortificar el capitalismo, ni pasar por el socialismo, ni esperar al comunismo en decenas o cientos de años, para plantearse la eliminación del estado, de la democracia, de los partidos políticos, de la propiedad privada, sino que es posible hacerlo ahora.
De hecho, los zapatistas y otras comunidades autónomas en México se han desligado en la práctica del estado-nación mexicano. Y así, en otros lados de la Madre Tierra. En esos territorios, ya no funciona el Estado, ni la democracia ni los partidos políticos, sino algo que ellos llaman “buen gobierno” y que es una especie de comuncracia. Las ecoaldeas que han ido apareciendo en el mundo, han hecho lo propio y hablan de sociocracia. En todas estas experiencias comunitarias o colectivas, se practica otro sistema de organización, de justicia, de educación, de producción, de distribución, de espiritualidad, de salud, etc.
En todos estos grupos, ya casi no hay nada del sistema griego y su civilización. Mas bien todos ellos se inspiran en los sistemas ancestrales, milenarios, comunitarios, indígenas, pues han entendido que no se trata de entrar en nuevas aventuras o experimentos, sino de aprovechar de la experiencia acumulada de la humanidad, incluido lo positivo de la civilización, puesto que no se trata de negar lo occidental ni de disputar el poder mundial o de crear otro poder, sino de convivir entre diferentes, como también lo señala Mignolo.
Síntomas del regreso de la luz en mitad de la noche
Todo esto, consideramos que es la expresión de que está renaciendo la luz en mitad de las tinieblas de la razón pura y de la razón instrumental. La debacle de la civilización o de la hegemonía occidental implica todo ello, y en la que la sociedad capitalista es una de sus partes, una parte importante pero no la única, como anotamos anteriormente. Y a medida que la civilización o lo occidental sea cuestionado y se produzca una descolonización, que significa una descivilización y se irá desmoronando todo.
Entonces, no se trata solamente de hacerle caer al capitalismo como pretende la izquierda, sino de desmantelar las bases de la pirámide civilizatoria, es decir, a las ontologías y epistemes helénicas, para construir-reconstruir focos de luz no-civilizados o “cosmunitarios”, hasta que hayan tantos faros que las tinieblas sean cada vez menores. Que es lo que vienen haciendo los proyectos autonómicos y los llamados conscientes en distintos lugares de la Madre Tierra.
Otros síntomas del regreso de la luz, es que van reemergiendo paradigmas milenarios: el Sumak Kawsay (Andes) y el Lakou (Haití) en Abya Yala; el Ubuntu en el Africa; el Tianxia (China), el Swaraj (India), el Jinology (Rojava-Kurdo) en el Asia; el Awen-Druida en Europa. Todas estas palabras traducidas al castellano sería algo así como “vivir en armonía entre todos» (humanos y no-humanos), es decir, en equilibrio complementario como motor de vida, y no la lucha de clases (izquierda) o la competencia (derecha). Por tanto, se trata de salir de todos los binarismos dualistas o dicotómicos creados por la civilización, pues, no solo nos han llevado a una lucha de clases sino de paradigmas o filosofías, entre el cúltico de matriz integral, y de otra parte, el civilizatorio de patrón reduccionista.
El Buen Vivir, podría ser un paraguas global para todos estos proyectos mundiales de rearmonización o de reencuentro con la naturaleza, mejor dicho, con la Madre Tierra y el Padre Sol. Por tanto, el Buen Vivir es un cuestionamiento no solo al desarrollo ni únicamente al capitalismo, sino a toda la civilización en su conjunto. El Buen Vivir es una episteme para la vida, mientras la civilización es un proyecto escatológico para la muerte y que le ha tomado 2.000 años para ponernos en este momento de cambio climático que vivimos actualmente, y el peligro de sobrevivencia de la especie humana, ahora agravada con el coronavirus y del cual va a ser muy difícil salir.
La que pondrá fin a la civilización, al Estado, al capitalismo, a la modernidad, al neoliberalismo, es decir, a todo el proyecto piramidalista domesticador es la revolución climática en curso, en la que una fase de este proceso es la pandemia del coronavirus, la que ha obligado a paralizar el mundo de alguna manera, algo que Mafalda desde hace tiempo, ya pedía que «se pare el mundo para poder bajarse». La revolución climática es un fatalismo para el capitalismo, puesto que es el fin de una forma de concebir la realidad y el mundo impuesta por el racionalismo griego.
El neoliberalismo, la punta de la pirámide de la civilización y del capitalismo en particular, nos llevó a un aceleramiento impresionante, y la pandemia del covid nos ha obligado a bajar la velocidad, pero eso no es suficiente, hay que bajar el crecimiento económico y disminuir las desigualdades, pero que nos conduzcan a otro estilo de vida. Esto es lo fundamental, y ese nuevo modo de vivir debe ser algo diferente a la civilización. Una alternativa a la civilización, y para ello hay la experiencia acumulada de toda la humanidad en su conjunto.
No creemos que esta humanidad lo va a comprender por sí misma, tendrán que venir otras y nuevas paralizaciones, para que obligados y no por conciencia propia, nos veamos presionados a tomar otro modo de vivir. Y esto, no es cuestión -como cree la izquierda- de resolver solamente la pobreza, sino el de otra concepción y relación con la Madre Tierra, para reverdecer desde aquellas comunidades indígenas que han sido poco topadas por la civilización. Ahí está el referente, el ejemplo, la guía, la luz para alumbrar el oscurantismo civilizatorio. Estos pueblos se han quedado por 500 años guardados, no se han dejado impresionar por la civilización y siguen ahí guareciéndose, para desde ahí iluminar la trans-civilización.
Sentimos que esto es lo que vieron los maestros de Abya Yala hace más de 500 años, de que el oscurantismo no podrá extinguir todas las luces, desde donde reemergerá la luminosidad para un nuevo ciclo. Por eso no enfrentaron a los invasores monárquicos, pues ello hubiera significado su extinción al tratar de eliminar a ese enemigo poderoso que traía 10 plagas, como dijo el padre Motolinía. La viruela, el sarampión, la sífilis, diezmaron a la mayoría de la población de Abya Yala, y si encima se hubieran enfrentado contra las armas sofisticadas del enemigo hubiesen todos perecido. Sabían que la ventaja del invasor era su oscurantismo, en cuya etapa construyeron una serie de armas de todo tipo, al haber pasado por más de 1500 años en guerras permanentes de conquista y reconquista.
Como consecuencia de ello, Europa era muy pobre, con mucha delincuencia, con grandes enfermedades, y estaba acabada o desecha luego de tantas guerras. De no mediar la invasión a la rica Abya Yala, la edad media se hubiera prolongado hasta nuestro tiempo, pues, con qué recursos hubieran podido salir de más de 2000 años de penurias y que con el paso del tiempo la situación se fue haciendo más compleja.
Europa no jugaba ningún rol en el escenario geopolítico de esa época, en ningún ámbito. Su ciencia en general era muy básica, sus conocimientos eran mínimos. Los chinos y los árabes habían hechos muchos más aportes hasta esa época, y que luego con la riqueza de Abya Yala potenciaron los conocimientos de los pueblos asiáticos, y los presentaron como que fueran suyos propios. Lo que hoy conocemos como grandes maestros de la Europa renacentista, procedieron a copiar lo que hicieron los chinos y los árabes, y con los recursos económicos de Abya Yala procedieron a ampliarlos o profundizarlos, pero luego presentándolos como propios u originarios.
Tenemos el caso de la imprenta, del papel, de la brújula, de los mapas, de la seda, por parte de los chinos; y el álgebra, la geometría, la medicina, la filosofía, por los árabes. Estos últimos recrearon muchas ciencias en la denominada época de oro del islamismo desde el siglo 8 hasta el 12 de la era actual.Si los patriarcas y ricos árabes no hubieran hecho otra interpretación fundamentalista del Corán para aumentar su poder y el control sobre su población, lo que le llevó a su decadencia, se hubiera ampliado el Islam por toda Europa y hoy sería islámica y no cristiana. Y América Latina de igual manera, y en general todo occidente.
Entonces, solo desde la invasión de Abaya Yala es que el mundo en su conjunto da un cambio radical con el surgimiento del capitalismo en Europa. Especialmente cambia Abya Yala, que es despojada territorialmente en forma completa, su gente esclavizada y obligada a trabajar para un extraño, produciendo un epistemicidio y politicidio escandaloso. Algo que no sucedió en ninguna otra parte del mundo, si bien invadieron el África y Asia no sucedió al nivel de Abya Yala, pues los conquistadores europeos no se unieron sexual y matrimonialmente con su gente, como sí lo hicieron en Abya Yala.
El mestizaje fue otra arma poderosa para los invasores monárquicos, pues el mestizo se convirtió en un aliado fundamental para el sometimiento de los pueblos indígenas. Algo que no ha cambiado hasta el día de hoy, el mestizo se encarga de reproducir el pensamiento domesticador civilizatorio y de afianzar el colonialismo interno, sin que asimile casi nada de la racionalidad indígena de Abya Yala, a pesar de que reconozca que tiene genes indígenas. Hasta el día de hoy se define como blanco-mestizo y no como indo-mestizo. Sin embargo, ahora habemos quienes lo reivindicamos, siendo éste otro golpe para la hegemonía occidental, de que ahora hay indo-mestizos que rescatan y revalorizan a las culturas madres de Abya Yala.
Y así en todo el mundo, incluido la Europa indígena, donde lo celta va tomando protagonismo paulatinamente. Las culturas indígenas europeas comparten los mismos saberes ontológicos y epistémicos con todas las culturas indígenas del mundo. Cuando se estudia la CULTURA celta, no hay diferencias de fondo con las CULTURAS de Abya Yala, las diferencias básicamente son formales. Y lo mismo sucede cuando se estudian a las CULTURAS asiáticas milenarias, como la china, la hindú. O las africanas como la bantú.
Las culturas originarias son cosmocéntricas en todo el mundo, lo que nos permite colegir que la civilización que es antropocéntrica es la única disonante en todo el planeta, destruyendo el vínculo con la Madre Tierra y desde ahí la debacle de la humanidad. Que es lo que ahora estamos queriendo restituir ese quiebre que hicieron los griegos, por lo que también toca reescribir la historia que nos contaron, en la que los griegos son considerados los más altos exponentes del pensamiento mundial. Todos sabemos que los ricos y los vencedores escriben la historia a su medida. Pues, como dice Mignolo, “No se trata de cuál es la “historia real” o la “verdadera”, ni siquiera “cuál es la narrativa más apropiada” del período de 1500 a 2000, sino quién cuenta la historia y para qué.”
Éste es el regreso del que hablaron los abuelos de Abya Yala, van regresando los saberes de los pueblos indígenas de todo el mundo. Van retornando las ciencias, valores y principios de la madre tierra y el cosmos, que son inmutables y que están más allá de las creencias de cada pueblo. Ese es el próximo Pachakutik en terminología andina (o el tercer nomos como dice Mignolo) que vieron los abuelos para los próximos 500 años. El fin del calendario maya en 2012 es el fin de la civilización como tal, pero no será por decreto sino que se irá extinguiendo lentamente, mientras el nuevo mundo se va abriendo paso a paso en medio de las penumbras civilizatorias.
El fin de la hegemonía occidental es el fin de la civilización por el influjo de un nuevo paradigma, en otro nivel y otro estado, pues no se trata de regresar o retroceder al pasado, sino de que el pasado se haga presente para construir otro futuro. Se puede ahora decir en forma clara, que efectivamente la Luz de la Conciencia Solar se está abriéndose paso en mitad del oscurantismo, tal como lo profetizaron o lo pronosticaron los abuelos sabios o los chamanes de Abya Yala hace más de 500 años.
LINK DEL VIDEO CON LAS EXPOSICIONES http://blog.visionarios.pe/2021/03/18/declive-de-la-hegemonia-occidental-y-continuidad-del-capitalismo-el-tercer-nomos-vivir-bien-o-bien-vivir-escenarios-y-opciones/
LINK DEL TEXTO DE MIGNOLO EN FORMA ESCRITA https://oplas.org/sitio/2021/03/25/walter-mignolo-el-tercer-nomos-de-la-tierra-el-declive-de-la-hegemonia-occidental-y-la-continuidad-del-capitalismo/