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ATAWALLPA OVIEDO FRIERE

Para justificar la colonización de Amaruka o de Abya Yala, los historiadores pro-monárquicos se han inventado múltiples historias, en las que quieren presentar a los conquistadores como salvadores de “pueblos salvajes” y como culturizadores de “gentes ignorantes”.

Empecemos precisando que Europa al momento de la invasión de Amaruka se encontraba en la edad media, la época más oscurantista de toda la historia mundial. Algo jamás visto en otra parte del mundo, y en ningún período histórico. Oscurantismo que la provocaron los romanos civilizadores, cuando invadieron toda Europa y exterminaron las lenguas, culturas, espiritualidades, saberes de la Europa indígena, y de lo cual, actualmente no queda casi nada, tan solo la lengua euskera en Euskadi (país Vasco) e idiomas celtas en Irlanda y Escocia. Fueron más de 1000 años de guerras fratricidas con millones de muertos y de enfermedades como la peste, la viruela, el sarampión, que mataron a millones de europeos, y como consecuencia mucha hambruna, delincuencia, sufrimiento del pobre pueblo europeo, y al contrario, en los ricos. Como siempre.

Además, la antigua Hispania había sido invadida por los moros (musulmanes) y por los judíos por un período de 800 años, hasta que finalmente fueron expulsados justo en la época de la invasión de Abya Yala. La hambruna, la delincuencia, las enfermedades era lo que rodeaba a los pobladores españoles y las enfermedades infecto contagiosas que portaban los conquistadores acabaron con la mayoría (90 millones) de la población de Amaruka, la que era tan sana que no resistieron a los virus de los conquistadores por el nivel de vida que tenían los pueblos indígenas de Abya Yala. Pero, la hambruna y la delincuencia de los invasores procedieron a someter y esclavizar a los que quedaron vivos.

La avaricia de los conquistadores se encontró con pueblos muy ricos, donde había abundancia para todos, y eso se la fueron llevando a Europa y con ello provocar el “renacimiento” y tener el poder que han ostentado en estos 500 años, caso contrario hasta ahora se hubiera extendido la edad media y el oscurantismo. Para poder tomarse toda Amaruka, utilizaron la táctica de sembrar discordia en donde no había o de atizar el fuego en donde había. Eran expertos en combates, luego de más de 1000 años de guerras habían inventado armas sofisticadas y las tácticas de guerra más voraces de la época. Todo lo contrario de Amaruka, que no había inventado armas sofisticadas pero que su ciencia era amplia.

Las monarquías europeas creían que la tierra era el centro del universo y que era plana, mientras los astrónomos de Abya Yala sabían que el centro era el sol y que era un planeta redondo. Incluso los astrónomos Kitus (Quito) sabían que estaban en la mitad del mundo. Los Incas realizaban operaciones craneales y hasta hacían prótesis para personas minusválidas. Los Aztecas hacían hasta incrustaciones de jade en los dientes (si bien también hacían sacrificios humanos, como también los europeos). En Amaruka se manejaba astronomía, ingeniería, arquitectura, matemática, geometría, medicina, etc. (En mi libro Los Hijos de la Tierra, está bien ampliado y detallado)

Como consecuencia se activó más la ambición entre los conquistadores españoles, quienes querían ser reyes en otras tierras, y para ello tuvieron que buscar mecanismos para quedarse con todo. Así, para que se peleen entre hermanos, entre el inca Atawallpa y el inca Huáscar, soltaron la noticia en Quito de que Huáscar le había traicionado con los conquistadores a su hermano Atawallpa y de que se había lanzado contra Quito; y al revés en Cuzco, de que Atawallpa le había vendido a Huáscar a los españoles, y con ello provocando que se peleen ambas tropas. Esto, lo cuenta el conquistador español Francisco de Chaves al rey Carlos V de España desde Cajamarca en una carta fechada el 5 de agosto 1533[1], es decir, que fue testigo directo de lo sucedido.

Esta carta fue reencontrada y revalorizada en 1998 por la paleógrafa italiana Laura Laurencich-Minelli, quién anota en un artículo científico. “Con este artículo deseo llamar la atención de los estudiosos sobre la curiosa versión de la conquista del Perú que proporciona Francisco de Chaves, miembro de una noble estirpe de Trujillo en Extremadura. En una carta dirigida a Carlos V, escrita desde Cajamarca el 5 de agosto 1533, él denuncia que nunca hubo una batalla en Cajamarca, pues la victoria había sido lograda por Pizarro gracias a la ayuda del veneno, y de otras ignominias que el mismo Pizarro había efectuado contra la “Sacra Catholica Cesárea Magestad”- como hurto, falsificación de registros- y de censura y amenazas contra quien sabía de sus ilícitos. Además, denuncia a Pizarro por no haber respetado el pedido de Atahualpa, rey legítimo por sangre, de presentarse ante el mismo Carlos V, agarrotándolo para que no le revelara los hurtos y atropellos de que había sido víctima y para que Su Majestad no se diera cuenta de cuanto debía pretender de la conquista de este riquísimo reino.”

Esta carta trastornó todo lo que se había escrito sobre los Incas y dejó sin piso a los historiadores oficialistas quienes habían inventado una historia conveniente para la corona española y la conquista de estos territorios. Y así como este caso, se está reescribiendo la historia de Abya Yala, pues casi todo lo que se ha dicho hasta ahora tenía claros intereses de presentar a los pueblos indígenas como bárbaros y entre los más bárbaros a los Aztecas e Incas.

Los colonialistas historiadores ecuatorianos han querido presentar ante los ojos de la población nacional, que los Incas eran los “malos” y que los invasores europeos eran los “buenos”, así en esos términos. Como consecuencia, despertaron en los ecuatorianos el odio hacia los peruanos por 450 años hasta la “firma de la paz” entre Mahuad y Fujimori en 1998 (mismo año del artículo de la científica italiana). La supuesta enemistad entre Wascar y Atawallpa que no hubo, fue utilizada por los poderosos de ambos pueblos para enfrentarlos y para a lo largo de estos casi 200 años republicanos tener pretextos para crear situaciones de conflicto cuando sus gobiernos estaban en peligro por la molestia de sus pueblos, levantando el nacionalismo patriótico en ambos lados.

Hoy, los historiadores fachos, siervos y súbditos de la monarquía anciana y actual, siguen azuzando el nacionalismo patriotero, y queriendo nuevamente repetir el cuento de que los Incas eran los asesinos que mataron a 70.000 caranquis y que lanzaron al lago los cadáveres y que desde ahí se llama Lago de Sangre (Yaguarcocha). Evidentemente, que hubo una pelea entre Incas y Caranquis, pero todo fue magnificado.  Antonio de Herrera y Tordesillas dice que fueron 50.000, Cieza de León da 30.000 o 40.000 degollados, Juan de Velasco 20.000. Pero, el mestizo Garcilaso de la Vega habla de solo 2.000. A quién habrá que creer.

Está bien estudiado ahora, que los Incas no eran sanguinarios y que eran expansionistas, más no conquistadores y peor invasores, como los avariciosos conquistadores españoles. Los Incas eran ricos en todo, y buscaban expandir sus saberes y control por más pueblos. Cómo tenían una ciencia muy avanzada eran muy respetados, y muchos caciques aceptaban pacíficamente integrarse al Tawantinsuyo, por los beneficios que ello ocasionaba. Los Incas cuando anexaban un territorio respetaban las espiritualidades de los otros pueblos, incorporándolos a su nación, y así con respecto a sus autoridades y todo lo demás, pero canalizado en redes hacia al poder central en los Incas. Obviamente, hubieron aquellos pueblos que no querían anexarse y que por el contrario los enfrentaron produciéndose guerras, o viceversa en que los Incas decidieron atacarlos. Entonces, los Incas no eran los malos y todos los demás pueblos de Sudamérica eran los buenos, sino que habían disputas entre pueblos, y ninguno de ellos eran buenos o malos, simplemente pueblos con sus contradicciones y diferencias.

En general en Amaruka, hubieron peleas, guerras, conflictos, pero eran esporádicos y no muy largos. No eran pueblos que habían hecho de la conquista su modelo de vida, como lo habían hecho los romanos, y luego los europeos romanizados y cristianizados. No se puede comparar dos procesos diferentes. América funcionaba en un sistema de comunidades, con un “buen vivir” para todos. Eurasia estaba en un sistema feudal con graves disputas y diferencias sociales entre ellos. En Eurasia vivían dentro del patriarcado, en Amaruka solo en ciertos lugares había surgido el machismo. El patriarcado es un sistema creado en Eurasia Central y de ahí al mundo. En América no hubo ningún sistema patriarcal, había ciertos niveles de machismo en algunos pueblos, pero en la mayoría no existió. No es lo mismo machismo que patriarcado. Toda sociedad patriarcal es machista, pero no toda sociedad machista es patriarcal. El patriarcado es un sistema basado en la dominación de todo lo femenino de la vida: diosas, mujeres, madre tierra, intuición, sensibilidad, afectos, sexualidad, emociones, etc. Eso jamás pasó en Abya Yala, todo lo anteriormente señalado, era valorado y respetado.

Toda Amaruka funcionaba en un sistema de comunidades, y sus autoridades no eran reyes absolutistas dueños de todo y de todos como en Eurasia, eran jefes máximos, algo así como los presidentes actuales, encargados de velar por el funcionamiento de los pueblos. Eran parte de una clase alta pero velaban por su pueblo, pues sabían que dependían de ellos y los cuidaban. Ningún cornista habla de que encontraron pobreza o de que provocaron pobreza en otros pueblos, por el contrario, no les explotaban sino que les daban lo necesario para que sigan viviendo y produciendo, todo lo contrario a lo que hicieron los conquistadores que les sobre explotaron y les esclavizaron, como denunció Olmedo y Mejía Lequerica en las cortes de Cádiz y pidieron que se terminarán con el esclavismo en las mitas.

En concreto, los Incas no fueron invasores ni conquistadores como las monarquías euroasiáticas, sino expansionistas. No fueron sanguinarios sino pueblos guerreros (no confundir con guerreristas), como lo eran todos los pueblos de este continente (y de todo el mundo indígena), y como lo son hasta el día de hoy los que sobreviven, especialmente en la amazonía.

Entonces, no eran “buenos salvajes” como algunos románticos los han querido presentar, pero tampoco lo contrario como han hecho los del otro extremo, los fachos monarquistas. Eran pueblos con sus virtudes y defectos, pero nada comparable con la época oscurantista que impuso el imperio romano a los europeos y luego ellos al mundo hasta el día de hoy, en que estamos terminando todo ello en el planeta, y que los fachos se resisten.


[1] https://webs.ucm.es/info/especulo/numero22/chaves.html

Por Alteridad

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