ATAWALLPA OVIEDO FREIRE
Estoy cabreado con eso que llaman democracia y con los demócratas, es decir, con todo el mundo. Cabreado con los millones de personas, que sin chistar han puesto su vida bajo la dependencia de una sola persona llamada presidente, antes denominado rey. Todos dependiendo de los aciertos o errores de un solo individuo, y sin que puedan hacer mayor cosa. Su vida y su destino marcado, delimitado y decidido por un autócrata. Lo peor de todo, es que todos aplauden a esta monocracia republicana, se vitorean de que son grandes demócratas, y enaltecen a la democracia como el gran sistema de gobierno.
Tanto les han bombardeado con estas estulticias desde que están en el vientre materno, que son felices toda su vida de ir cada 4 años a emitir su voto por el nuevo monarca, convencidos de que en su voto está el poder del pueblo. Y luego, se pasan renegando los 4 años de lo que hace o no hace el aprendiz de reyezuelo, pero siguen creyendo en este sistema. Lo único que esperan toda su vida es que cambie el personaje y no el sistema, sin que sean capaces de ver que el problema es el sistema y no el personaje.
Como zombis adoctrinados se acercan a las urnas con todas las esperanzas y expectativas puestas en un sujeto, y siempre terminan decepcionados; pero, no se cansan de ir a la democracia de 8 horas para soltar toda su vida en un ánfora llena de papeles. Salen del recinto electoral orgullosos de que son el poder del pueblo y para el pueblo, como les han lavado el cerebro. Y cuando están cabreados reclaman la dictadura, para que igual sea otro personaje, éste de mano dura y rostro siniestro, para que él ponga en orden la sociedad. Y después, luchan por terminar con la dictadura de un fascista y recuperar la democracia de un autócrata.
Así actúan todos, sean de derecha o de izquierda. Pero, lo más irónico, es que los de izquierda entregan su esfuerzo, su trabajo, su familia y hasta su vida, a esta insulsa democracia y terminan entregándose nuevamente al mando de una sola persona, llámese Mao, Kruschev, Fidel Castro, Chávez, Ortega. En la derecha, los ricos ponen la plata y los pobres pendejos ponen su trabajo esperando que les caiga algunas migajas. Como no estar emputado con todos estos políticos de derecha o de izquierda, que se ponen a la cola de la democracia y hasta se arrastran por un dichoso personaje. Pero, más bronca con los de izquierda, que se atreven a decir que son revolucionarios, cuando en toda la historia de la izquierda mundial también se han puesto de rodillas ante el monarca de izquierda. “Revolucionarios” que han escrito millones de páginas y no han sido capaces de pensar en otro sistema de gobierno. Su socialismo y comunismo también terminan en un solo monarca.
A la final, todos creen que todo termina en entregarle el poder a una sola persona, y lo más risible, es que los revolucionarios a esto lo llaman “poder popular”, y salen a las plazas con las banderitas de ese personaje para rendirle honores. El sistema de monarcas de la mente monoconsciente se ha metido en la médula de todos, que hasta creen que ha habido un gran cambio al haber traspasado el poder del rey a un presidente y unos cuántos subpoderes. Cuando es otra variante de lo mismo. Y siempre convencidos, que el país y el mundo cambiarán si un día llegan a acertar con el mejor candidato que les haga el mejor show. Todos como prostitutas ofreciéndose al mejor candidato que les ofrezca darles placer y gozo en todos los niveles de su vida. Puta democracia en la que los demócratas venden su vida a este absurdo.
Señores esclavos demócratas, acaso alguna vez han escuchado lo que es el consenso, la sociocracia, el acuerdo entre las partes, la conciliación, el consejo. Seguramente algo. Por miles de años, los “hombres de las cavernas”, los “primitivos”, los “bárbaros”, los “salvajes”, los “atrasados”, los “inferiores”, practicaron todas estas formas y con resultados positivos. Hasta que llegó la civilización, la sociedad “más avanzada”, “superior”, “inteligente”, con su pilche democracia en Grecia, hace apenas un poco más de 2000 años. Sistema que fue asimilado por los romanos, quienes a su vez la impusieron a los europeos, y los europeos democratizados al mundo entero.
Y ahora, su estúpida, perdón, su estupenda democracia nos ha conducido a la pandemia mundial y al cambio climático total, pero, nadie dice que hay que cambiar el sistema de gobierno unipersonal, solo hablan de capitalismo y socialismo. Creen que el problema es solamente de sistema económico, que no ha funcionado en ninguna parte del mundo. Son sistemas fracasados, pero los derechistas e izquierdistas ya van más de 100 años luchando por lo mismo, dándose con la misma piedra y cada vez todo está peor, y sin que aprenda el hombre civilizado.
Entonces, esclavos, ya es hora de que dejen de ser esclavos adoctrinados por la democracia esclava para ir a un sistema donde todos seamos autores y actores de nuestra vida. Cuando todos seamos responsables de nuestro destino, cuando asumamos la dirección y ejecución de nuestro caminar, cuando decidamos todo lo que queremos vivir, ahí habrá otro mundo. Que no será ni el capitalismo ni el socialismo, sino un sistema mutual, cooperativo, asociativo. Basta de esclavos demócratas.
Excelente Ata salvo quizás un exceso de puteadas jajaja
Somos muchos los cabreado, pero pocos capaces de imponer un nuevo sistema que cambie esta racional locura, o el cambio primordial de moral general, de querer llegar para tener la posibilidad de favorecerse personalmente o a una élite de coidearios, amigos y familiares.
Me cabrea el ser humano que no puede ser impermeable al poder y la riqueza, DEBEMOS CAMBIAR.