Entrevista o barricada
Atawallpa Oviedo Freire
Los periodistas Fernando del Rincón y Carlos Vera han vuelto a atizar la palestra, lo que nos sirve para reforzar y profundizar lo que habíamos señalado en nuestro primer artículo “Ecuador: Guerra entre periodistas”.
Empiezo contando una anécdota personal. En una de mis visitas a La Paz en Bolivia, fui a una entrevista con María Galindo. Casi ni me miró ni me dijo nada y lanzó su primera pregunta. Apenas empecé a responder, cuando me cortó con una voz fuerte y un tono dictatorial, y me dijo: Y de dónde sacas eso? Me asusté y respondí tímidamente: Es mi teoría, yo creo que… Me cortaba una y otra vez, y cada vez me lanzaba un machetazo: Y quién eres tú para decir eso. Y así continuó la “entrevista”, mientras yo intentaba desovillar mis argumentos. Como no lograba desplegar ninguna idea, a los 10 minutos le dije: Creo que es mejor terminar aquí la entrevista. Ella me respondió: muy bien. Me pare y me fui. A la final, el oyente no supo qué es lo que quería decir, ni supo de qué se trataba la entrevista. Todos perdimos el tiempo.
Luego me enteré, que ella solía decir al final de su programa: “esto no fue una entrevista sino una barricada”. Del Rincón queda corto a lo que es Galindo, una mujer con un tono de voz machista y con una personalidad patriarcal, aun cuando, ella se declara feminista y anti machista y anti patriarcal. En todo caso, sincera al decir que ella hace barricada, pues todos los demás periodistas de ese estilo lo llaman entrevista. Dice la RAE de entrevista: “Mantener una conversación con una o varias personas acerca de ciertos extremos, para informar al público de sus respuestas.”
Del Rincón hace entrevista a ratos y en otros momentos hace barricada. En todo caso, está bien informado y puede hacer preguntas incisivas. Pero, a la final lo que importa a un oyente es saber que dice el personaje invitado, lo que tampoco puede ser un discurso del entrevistado y peor darle micrófono con preguntas anticipadas para que se luzca, como hacen los periodistas militantes de derecha e izquierda, sino, un ida y vuelta, escudriñando hasta el fondo quién es y qué piensa el susodicho personaje. Del Rincón con su forma, deja al televidente con una idea mediana del tema de la entrevista, pero es preferible a los periodistas de cafetín que endulzan a quienes les interesa. Ni barricada ni cafetín, necesitamos periodistas ecuánimes.
En el Ecuador un periodista en la línea barricada es Carlos Vera, quién ametralla a sus fusilados, aunque, luego de tantas críticas que le han hecho, ahora ya es más mesurado, permite que el otro hable, ha bajado el tono de voz, pero, igual su ego es fuerte y quiere ser el centro de todo, fruto de su complejo por ser pequeño de estatura y que él cree compensarlo así. En esto, también entra Juan Sebastián Roldán, que también es pequeño de estatura y con un inmenso ego. Galindo y del Rincón también tienen un gran ego, que reflejan los complejos o debilidades que tienen cada uno. Las historias personales de todos estos personajes, también explican su condición de periodistas de barricada.
Evidentemente, los que gustan de ellos o se identifican, también reflejan que están dentro de esa misma onda, y, cuando se encuentran con otro igual es una lucha por demostrar quién es más que el otro. Y eso es lo que pasó con Juan Sebastián Roldán, fue a la entrevista con ánimo de venganza, seguramente debió ofrecerle el desquite a su amiga María Paula Romo. Ahora, heridos en su ego los gobiernistas se han lanzado en contra del Rincón. En realidad, no les importa la situación del pueblo, al que todos dicen defender, sino ganar en su razón y en su influencia mediática personal.
Lo que vimos como “entrevista” fue una lucha de egos, entre dos personajes virulentos. Mucha gente se ha quedado en eso que en el tema del encuentro, por ende, la entrevista no cumplió con su objetivo. Es importante comprender que la forma determina el fondo y viceversa. Hay quienes le dan más atención o se quedan solo en lo formal y otros principalizan más el fondo, pero todo es un conjunto, todo es integral. En la historia mundial, han habido presidentes autoritarios y dictadores de derecha y de izquierda, pero lo que hacen los grandes egos es utilizar cualquier ideología o doctrina para sus fines particulares, que última instancia es el culto a su personalidad.
Lenin Moreno no tiene un gran ego, más bien todo lo contrario, lo que le hace muy influenciable por parte de quienes le rodean y de las situaciones que se presentan. En realidad, no es Moreno quién dirige el Ecuador, sino, quienes en su equipo íntimo logran influenciar más y mejor en él. Indudablemente, son Roldán y Romo quienes están a la cabeza, no por casualidad son los más visibles en esta pandemia. Romo también tiene alto su ego, y se sabe que ella desde niña quería ser presidenta, es decir, que tiene muchas ambiciones personales. Otto también tiene su ego alto, aunque no tanto y se desenvuelve más sólidamente.
Los otros que le dirigen al influenciable de Moreno es la derecha, y que además lo mantienen en el poder. No es casual ni exagerado, cuando Carlos Vera dice que Moreno se podría “caer de un solo soplo”, y que él y otros periodistas y políticos le sostienen. Claro, mientras cumpla algunas directrices de la derecha hay que seguirle manteniendo, aunque ellos quisieran que esté totalmente a la derecha.
Lo que dice Vera es clave e importante pues, si Moreno no estuviera inclinado a la derecha ya le hubieran hecho caer, como lo han hecho anteriormente. Y esto es lo fundamental a analizar: el poder que tiene la prensa, y de cómo este periodismo es sostenido por poderosos grupos económicos. Incluso, lograron hacerle caer a Correa, cuando declinó postularse a otra candidatura porque su imagen estaba bien deteriorada, en primer lugar, por sí mismo o sus propios errores, y luego, porque fue aprovechada o rematada por la prensa económica.
El periodista Andrés Carrión alguna vez también lo confesó abiertamente, cuando dijo que los periodistas ponían y quitaban presidentes. Pero, lo que no dijo es que siempre han sido los periodistas de derecha, pues, los de izquierda y peor los alterativos, jamás lo han hecho ni tienen los medios y aparatajes para hacerlo. Por tanto, el principal poder de la derecha es la prensa, sin la prensa la derecha no podría controlar todo lo que controla. Solo con sus empresas, no tendrían tanto poder de influencia en la sociedad.
El corazón empresarial mueve a la derecha, pero su cabeza es la prensa. Son los que marcan y determinan los acontecimientos, mucho más que sus políticos. Por ello el poder que tienen periodistas, como: Anderson Boscán, Luis Eduardo Vivanco, Tania Tinoco, Janeth Hinostroza, Martín Pallares, José Hernández, Alfredo Pinargote, Carlos Vera, Arturo Torres, Diego Oquendo, Carlos Rojas. Todos ellos abiertamente de derecha, muy bien pagados y patrocinados por las élites económicas. En cambio, la izquierda no tiene periodistas “estrella”, los pocos han tenido que bajar su tono para no ser despedidos o están en cadenas del progresismo. Ningún periodista de izquierda y peor alterativo, trabaja en Ecuavisa, Teleamazonas, El Comercio, El Universo, etc. Nada casual.
Sin embargo, lo interesante de ahora, es que gracias a las redes sociales ya no tienen el monopolio de la información y la desinformación, es más, ellos mismos se han volteado a las redes sociales para poder llegar al público. Ahora, se puede decir que quienes controlan o manejan las redes sociales tiene mayor capacidad de influjo social. Los periódicos de papel se venden cada vez menos y lo digital cobra fuerza, incluso, ahora hay que pagar para acceder a determinados medios digitales. Pero, como ahora, cada cual puede convertirse en un periodista o comentarista, la lucha por el poder mediático ha adquirido otras dimensiones.
Actualmente, la lucha entre comunicadores es por controlar especialmente twiter y facebook, y por tener la mayor cantidad de influenciers para que aparezcan en primera plana y con una mayor cantidad de seguidores. Con las redes sociales se ha generalizado un poco más la comunicación. Si se masifica Twiter y Facebook, para que todos se conviertan en creadores, pensadores, comentadores, analistas; lo sectores excluidos podrían dejar de ser entes pasivos de la democracia y convertirse en entes generadores y constructores de su propio destino.
Si el periodismo tradicional, ponía y quitaba presidentes y otras autoridades, ahora el pueblo en su conjunto está activado, movilizado, y provocando subidas y caídas, pero a su beneficio. Como se vio en octubre cuando obligaron a recular en las medidas a Moreno, y las redes jugaron un papel crucial en ello. Las redes sociales son armas de doble filo, pero antes los medios convencionales solo eran arma al servicio de los poderosos magnates.
Los correistas, tienen poder y han logrado equilibrar un poco la cancha, siendo eso lo importante, a pesar de lo que equivocados que pudieran estar. Antes era una cancha totalmente inclinada, pero cada vez se va horizontalizando. El indigenismo-sindicalismo también ha entrado a disputar los espacios de comunicación y tienen su palabra activa, pues antes solo eran oyentes pasivos.
Por eso, la lucha descarnada y frontal que hay entre periodistas, comunicadores, influenciers, propulsores, algo que no se había visto así. Una lucha para que el poder les de su espacio y sus recompensas. Irónicamente, la mayoría de los periodistas de la derecha no son dueños de los medios de comunicación, solo son serviles al poder económico y a sus teorías. La pos pandemia tiene que ser también otra pos comunicación para otro mundo. Ahí estamos.
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Desde que leí su primer artículo, vi reflejada la realidad de nuestro país, de cómo quienes no eligen un bando debe buscarse la vida, les felicito por su trabajo y se que necesitan más aportes económicos, pero mientras tanto solo aportaré sobre el uso de una palabra que encontré en su articulo que encontré: «influencier» creo que es correcto el término influencer, lo dejo a su consideración, me despido no sin antes reiterar mis felicitaciones por su trabajo.
No romanciten el evento. Yo, no soy periodista, soy agrónomo, campesino indigenista, lo que el Sr. Del Rincón Hizo fue expresar lo que gran parte de los ecuatorianos queremos «explicaciones».
Den su opinión cuando vivan y sientan lo que acá se vive. Vengan visiten «hagan el gasto» a los ecuatorianos de verdad. No allá en los hoteles y restaurantes lujosos que están acostumbrados.
Si no conocen la realidad del Ecuador mejor pongase al costado. No ayudan no estorben