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EVALUANDO LA ANIQUILACIÓN DEL TAN TEMIDO BICHITO EN QUITO

Por Diego Velasco Andrade

Erase una vez en una lejana galaxia llamada Quito, gobernada por un galeno especialista en radio y difu$ión…

Ya decía Jorge Luis Borges, refiriéndose a la democracia que él pudo sufrir y constatar: “la democracia es solo una burda ficción de la estadística”. Tal célebre frase calza como anillo al dedo, para el letal pandemónium que nos viene encerrando en casa, ya durante cuarenta días con sus respectivas cuarenta noches; pero como diría mi abuelito, “en materia de pandemias y de amores, no discuten los doctores”…

Mientras tanto en ciudad Caótica, los “emprendedores” en situación de calle; los que trabajan por obra y a destajo; los que ganan por horas y eso a veces; las “subempleadas públicas”; los comerciantes perseguidos por la carcelera municipal; los que “tercerizan” en los mercados populares;  los venezolanos que venden tabacos en las esquinas; los choferes de troles, taxis y buses parados; los no videntes que se suben a vender al trole y todos aquellos “vulnerables” pertenecientes al ejército de conserva y desecho y un largo etcétera de perseguidos por los novísimos “higienistas urbanos”, habrá que ver si en este piadoso 4 de Mayo mes de María, salen aún inmunes de sus precarios hábitats o, si alguien los habrá encontrado tirados en cualquier esquina, para aumentar la lista ubicua de la ya legendaria Menestra de Pandemias: María en Jaula Romo.

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Y aunque no seamos epidemio-locos titulados ni especialistas en tan científicos y virulentos virus, para considerar una pandemia que se precie como tal, en una ciudad de tres millones de habitantes con ínfulas de arribar a “gripe española”, ya deberíamos sumar a estas alturas con por lo menos un 3 % de “pandemoniados” debidamente santificados, oleados y enterrados; pero veamos las “cifras oficinales” que disponemos en la “infodemia oficinal”…

Hasta el día 38 (que no juega) del viernes 24 de abril, la cifra de muertos en Ecuador  ascendía al escalofriante número de 576, en un país de 17 millones de habitantes (sin contar a los migrantes venezolanos y colombianos) es decir a un 0.003 % del total  de “aún vivos”, descontando aquellos que nacen todos los días y, en el caso de fallecidos que se agregan a esta estadística “por deficiencias respiratorias” (condición sine qua non para expirar) ascienden al número de 1060; aunque las autoridades sanitarias no se atrevan a incrementar estas cifras en el número de muertos a causa del bicho, este número ascendería a un total de 1636.

Cabe señalar que hasta 2017 la tasa de mortalidad en Ecuador promediaba los 300 diarios, cifra que de no haberse alterado significativamente en estos aciagos días sin accidentes de tránsito, ni mayores riñas que lamentar, que no sean las domésticas o de violencia de género e intrafamiliar incluso femicidios -de los que nadie nos ha hablando últimamente- hasta hoy día 40 las muertes naturales ascenderían a 12. 000 como resultado de la tasa de mortalidad normal; por lo tanto las falsas cifras esgrimidas de fallecidos relacionados a la pandemia 1636, ni siquiera así constituyen el 0,009 %.

En el caso de Pichincha, sin tener datos exactos para el cantón Quito  se plantean “1634 infectados”, sin ofrecer datos precisos de fallecidos por el bicho, pero siguiendo a las leyes herméticas, bien sabemos que las incoherencias en lo grande también lo serán en lo pequeño…  Entonces ¡Algo está fallando! ¡Qué alguien nos explique! ¿Quién, porqué y para qué nos mienten? Las explicaciones obviamente no corresponden al país de la mitad y ya les hemos descrito en textos anteriores siguiendo las profecías de nuestro contactado el Profeta Nosfregamus y las pueden consultar en este mismo medio alterativo, pero por ahora lanzamos unas ideas en relación a la ciudad de ingenuos manuelitos que habitamos…

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De este gobierno inválido, llegado al poder de manera fraudulenta por obra y gracia del farfullas que ahora dicen perseguir: Rafael Correa Delgado -cuyas maltrechas huestes no dejan aún de exacerbar la situación con el escarnio internacional del Ecuador solo para pescar a río revuelto-,  está clarísimo que esta coronilla constituyó una feliz oportunidad para estabilizarse luego de las legendarias revueltas indígenas y populares de Octubre y así justificar nuevos préstamos a los agiotistas internacionales para ejecutar sus respectivas comisiones y agendas; en medio de la debacle económico estructural agravada por la caída de los precios del petróleo. En el caso de la banda rupturista de los 35 hoy claramente en el poder y presidido por la menestra en pandemónium María en Jaula Romo, se le ofrece la brillante oportunidad de atormentarnos cada día apareciendo enmascarada y en “primera línea del combate”, por su utópica candidatura vicepresidencial 2021, por ahora en discusión con banqueros piadosos tipo Fidelius Egas.

Más, en el caso de nuestro inefable galeno con mascarilla y armadura municipal oxidada, doctor don Jorge Yunda, que hasta ahora los “kunfu-ndidos partidos de izquierda” felicitan públicamente, por hacer caso a la transnacional de transnacionales farmacéuticas llamada OMS, y sugerir aumentar el tiempo de cuarentena hasta quizás la “noventena” y así terminar de quebrar económicamente a los más débiles y vulnerables de este país; en suma aniquilar a aquellos que en cuarenta días y cuarenta noches de lidiar con la fuerza pública, no han visto incrementar sus balances diarios, para sobrevivir con pan y agua de panela, su proverbial ayuno espiritual en pro de salvar como siempre a los poderosos, una nueva idea luminosa se nos ocurre…

Hasta hace pocos días, mientras sus huestes municipales combatían valerosamente con sus toletes contra los “vendedores en situación de calle”, Yunda fue presionado por sus mentores ocultos y monopolistas de la construcción Uribe & Schwnarkoff, para romper olímpicamente el cerco sanitario, situación que el burdo maese estuvo tentando a aprobar, pero cedió ante las protestas de la opinión pública, la misma TV farandulera y las redes sociales; mas ahora, frente a la crisis de movilidad que se le avecina con el retorno de la mafia de transporte urbano, la que ayunando en sus ganancias de cuarenta días y cuarenta noches y ahora exige con hambres atrasadas, sincerar los costos del transporte ante la caída de los precios del petróleo, aprestándose a romper el cerco sanitario en ésta, su providencial resurrección.

A esta crónica de muerte urbana anunciada, habrá que sumar el colapso en el avance de la construcción de la millonaria estafa para Quito llamada Metro Q, que si bien ha venido trabajando “a medio gas” en sus ya archi-rezagadas estaciones, lo ha hecho obviamente violando las más elementales normas acordadas por las autoridades durante esta piedra de toque, del bichitocon corona.

Por eso no resultaría nada raro que el tiempo adicional que pide Yunda para rebasar su cincuentena, y quizás por consejo de sus curas de cabecera quizás hasta la noventena, tuviese que ver con el ganar tiempo en sus acuerdos con la ya odiada e imprescindible mafia inmóvil del transporte urbano, tomando en cuenta que no ha ganado ninguno en proponer para la ciudad algo realmente sustancial en su gestión farandulera, con pretendidas demoliciones de estadios de fútbol y corredores urbanos inocuos; pero en especial con un sistema sustentable de movilidad avant et post pandemónium, alguno que valiese la pena y que incluyera claro la “distancia social” conveniente, pero el buen servicio y en especial los “no contagios” para este y para los próximos virus económicos y sociales que las perversas élites del país y del mundo, ya nos tendrán preparados.

CONTINUARÁ…

Por Alteridad

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