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RESPIRA, TODO ESTA BIEN

Por Lulú Ávila

Mi sensación es que este Virus ha venido a mostrarnos el aislamiento autoimpuesto en el que hemos estado por todos estos años. Viviendo en nuestra pequeña pero segura burbuja que nos brindaba una falsa seguridad de estar todo bajo nuestro control. Ahora que alguien externo nos ha obligado a encerrarnos en nuestras casas, parece como si nos hubieran dado una gran bofetada que nos despertó de esa reclusión en la que vivíamos por decisión propia y ahora sentimos esa gran necesidad de abrirnos a todos. Estamos despertando del profundo letargo al que nos llevó nuestro encierro, nuestra desconexión absoluta con el gran misterio que es la vida.

A una semana de estar en casa, salí al supermercado, me observe sintiéndome separada de todo, como una absoluta extraña invadiendo el espacio. No sabía si saludar, si compartir, si mirar a los ojos a los demás, si regalar una sonrisa. Mi corazón sí que lo quería pero no me atreví. Me di cuenta que en realidad así he vivido gran parte de mi vida, aislándome de los demás por un montón de creencias y sentimientos, haciendo caso a mi razón en lugar de a mi corazón. Que hermoso regalo me ha dado esta cuarentena, gracias por el bofetón que termino de despertarme de mi aparente desconexión, de esa sensación de sentirme separa de todo.

Si te observas adentro, en el silencio, sin miedo, te darás cuenta que en realidad todo está bien. El miedo solo existe en tu mente, porque en tu aquí y en tu ahora, todo está donde tiene que estar. Este proceso me ha embriagado de una absoluta confianza en los procesos de la vida, en el plan divino que se manifiesta día a día en nuestras vidas, nos demos cuenta de ello o no. Hoy soy más consciente de eso porque me han despojado de todas mis obligaciones de un tirón, no hay prisas, no hay tiempo porque en realidad ahora tengo todo el tiempo de mundo.

Es increíble abrir mis ventanas y escuchar el sonido de tantos pájaros, sonidos que creo nunca había escuchado por estar tan sumergida en mi pequeña historia personal. Observo la naturaleza y respiro su suspiro. Todo está bien, ese es el mensaje que siento la Naturaleza me ofrece cada vez que abro mi ventana y la verdad es que creo que esto se va a poner mejor. Miro por la ventana a otros vecinos, nos vemos y nos saludamos, incluso nos sonreímos. Eso nunca me había pasado, humanidad nos estamos haciendo más Humanos. Bendito Virus.

Y en mí día a día, todo va fluyendo. Creo que la parte más difícil es la maternidad. Tengo dos niñas de 4 y 2 años que demandan mucho mi atención y la de mi pareja, sin embargo esto me está enseñando a respetar sus necesidades y también respetar las mías. Todos los días me despierto con sus besos y abrazos, sin prisas ni gritos porque se nos hace tarde para el cole, ¡qué paz!. Jugamos más, creamos más, el vínculo se hace más fuerte. Yo me tomo mis momentos para, por fin, hacer eso que había pospuesto para otro momento que nunca llegaba: tocar la guitarra, cantar, pintar, escribir. Incluso he aprovechado esta cuarentena para aprender a cuidar mi cuerpo a través del ayuno, que en estas circunstancias está siendo bastante fácil, sin prisas, sin distracciones, sin tentaciones. Me doy el tiempo de hacer ejercicios de respiración profunda para oxigenar todo mi cuerpo, en fin ahora estoy haciendo todo lo que había pospuesto para mi.

Por primera vez, lo único que tenemos que hacer es no hacer nada, incluso si quieres ayudar la única forma que tenemos de ayudar es quedándonos en nuestra casa, disfrutando de nuestro estar. ¿Cuántas veces pediste por este gran descanso? Si no dejas que el miedo te invada y tienes las precauciones necesarias esta cuarentena se puede convertir en una gran bendición.

Respira, todo está bien!

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Por Alteridad

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