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Chyntia Viteri, «el hombre» de la derecha para derramar más sangre

Por Atawallpa Oviedo Freire

Se solía decir hasta hace unos 30 años: el «Ecuador es una isla de paz», en referencia a que este país estaba en medio de dos países violentos, particularmente por el enfrentamiento entre el ejército y la guerrilla.

La guerrilla que decía luchar por los pobres pero que no ha conseguido el cambio que prometía, más bien ha ocasionado o le ha dado elementos a la derecha para que tenga pretextos o artificios para arremeter contra el pueblo no-guerrilero y no-izquierdista, especialmente contra líderes indígenas, ecologistas, feministas; acusándolos de terroristas, subversivos, delincuentes.

Pero además, la guerrilla por sus propias concepciones y por el involucramiento con el narcotráfico, resultó también contraproducente para el pueblo, pues, Cuba ni ningún país comunista resultaron un ejemplo positivo. Esto también hizo que surja el paramilitarismo, los que también vinculados con el narcotráfico, se convirtieron en los guardias privados de los potentados. Con ello, las élites no solo que tenían al ejército en su beneficio sino también a los paramilitares. Mientras el pueblo no tenía a nadie, pues si se resistían a la lucha guerrillera era también atacados por ellos. Indefensos totalmente. A la final, el pueblo colombiano en medio de dos bandos armados

El foquismo fue un error de la izquierda y sus resultados en contra. La derecha salió más fortalecida y han gobernado todos estos años. Con pésimos resultados, tan solo un poco mejor que Venezuela, y que también ha resultado otra experiencia fallida y decepcionante. De esta violencia entre la izquierda y la derecha, siempre han salido ganando los empresarios. Los ricos de Colombia, Perú y Venezuela son los mismos, y se han hecho más ricos en medio de toda esta violencia. Todo lo contrario, en que sus pueblos se han vuelto cada vez más pobres, y desesperadamente buscan la paz como un camino después de más de 50 años de guerra fratricida, del que solo han salido beneficiados los ricos, al interior y exterior de Colombia.

El Ecuador en medio de esta situación ha logrado mantenerse relativamente en «paz», aunque han habido muchos intentos por involucrarle y que se convierta en otra Colombia violenta, para poder sacar ventaja de todo ello. En Colombia, ha pretexto de la guerrilla han desplazado a pueblos enteros y se han tomado las mejores tierras, han hecho grandes negocios las empresas armamentísticas, han obtenido grandes ventajas las transnacionales, los EEUU ha tenido una gran intromisión geopolítica en la región, etc., etc.

Lea el siguiente testimonio de lo que viven los colombianos. Eso quiere para el Ecuador?

Desde el gobierno de León Febres Cordero se viene intentando volverlo violento o de «violentizar» al Ecuador. Pero como no lo han logrado ahora nuevamente están en esa tarea, a través de quién hace 35 años fue el «popeye» de Febres Cordero, y que hoy pretende ser presidente del Ecuador: Jaime Nebot. Nada casual ni nada gratuito.

Quién está abriendo la trocha es Cynthia Viteri, para ver cuán abierto está ese camino violentista en la población, para él convertirse en el Bolsonaro o Duterte ecuatoriano.

Si es que hay muchos adeptos de la violencia o de la «mano dura» -como ellos dicen-, lo hará por ahí, caso contrario seguirá con otra estrategia para ganar. Pero a la final, imponer la violencia como medio de vida, donde ellos ganan matando adversarios, haciendo grandes negocios, etc. No es casual que Colombia es uno de los países más desiguales del mundo.

Igual, piensan Trump, Erdogan, Netanyahu, Abascal, etc. Todos estos países no han resuelto el problema de la violencia. EEUU es uno de los paises más violentos y más desiguales entre los países industrializados.

En esta estrategia también actúa Carlos Vera:

Difunde videos de la época del escuadrón volante

Le «entrevista» a la alcaldesa. Y nada casual, que ella se refiera a Nebot para converirlo en salvador.

Y así con otros detalles, para ir ganando terreno y aceptación en la población. Especialmente en gente con poca sensibilidad y empatía, que cree que a la violencia se le enfrenta con más violencia. Que quieren convertirse en asesinos de los asesinos, en linchadores de los delincuentes, en golpeadores de los golpeadores.

Están creando el circo de los agresores «buenos» y los agresores «malos», como así divide la derecha a la gente, y en la que ganan los enviados por Dios. Ellos jamás hablan de pobres y ricos, de analfabetos y estudiados, de sin trabajo y con trabajo; por el contrario, lo califican de «odioso y resentido discurso marxista del castro-chavismo». Y estos últimos, que son el otro lado de la violencia, que utilizan un discurso y acciones en defensa del pueblo, pero que en medio de la lucha se corrompen y devienen autoritarios, egolátricos, y algunos hasta fascistas o dictatoriales. Y el pueblo pobre, entre ellos policías y militares, en el medio de dos sectores vándalos que usufructúan de la necesidad de la gente.

Cynthia Viteri ha dado el puntillazo, aprovechándose en forma oportunista del caso de una mujer embarazada que fue asesinada hace unos dos años por un venezolano (nada por azar). Y en el que, la policía no actuó adecuada y rápidamente para que no termine en el asesinato de Diana que se produjo. Disparen, señores, disparen, ha dicho.

En ninguno de estos mensajes hay referencia al problema socio económico que es la causa y el caldo de cultivo para la violencia en general. Es un mensaje violento y como única respuesta la violencia, tal como lo hace el uribismo en Colombia.

Esto dicho desde una autoridad, es dar carta abierta para que el pueblo tome venganza por mano propia. Es incitar y motivar a que el pueblo se convierta en asesino, ante la incapacidad de un sistema de resolver el problema de raíz. Creen que matando se acaba el problema, cuando van a surgir otros casos mientras no se resuelvan las causas que originan todo ello. Así, la espiral de violencia se dispara hasta nunca acabar, si no hablen con los colombianos.

Más de 30 años han estado en el poder los socialcristianos y no han resuelto nada. Todo son puros parches, a todo nivel. Guayaquil es lo peor, en casi todos los datos estadísticos.

Tal es la desfachatez y maledicencia de esta Thatcher ecuatoriana que vanagloria a dos venezolanas. Con ello, diciendo al pueblo que se enfrenten a los delincuentes, que luego serán recompensados con diplomitas. Por fortuna salieron con vida estas venezolanas. Y si les hubieran matado. Hubiera dicho: delincuentes asesinan a dos valerosas mujeres, disparen señores, disparen. Por otro lado, su doble moral, primero ataca a los venezolanos en general, y luego premia a estas dos venezolanas. Cómo se llama eso?

Por fortuna, hay un pueblo que vivió el febres-corderismo y que no quiere que se le convierta al Ecuador en otra Colombia violenta.

Mientras la respuesta no sea integral, fundamentalmente resolviendo la pobreza y las desigualdades, no pasará nada. Tal como lo demostramos en nuestro articulo «Cuando está bien matar para unos», de que los únicos que lograron casi terminar con la violencia de todo tipo, son los países con menores desigualdades y sin pobreza. Pues, si solo son ricos pero muy desiguales como EEUU, la violencia de todo tipo se mantiene en boga.

En ese contexto, también han creado una animadversión hacia los defensores del pueblo, de los DDHH, periodistas, y toda persona que quiere evitar que se entre en la espiral de violencia y en la que todos salen perjudicados, excepto los ricos. El argumento simplón de los interesados en incentivar la violencia es que los defensores y abogados defienden a los delincuentes. Cuando lo que se quiere es que no se ajusticie con mano propia y se conviertan en asesinos, sino que la justicia y el Estado haga su trabajo responsablemente.

Indudablemente, que la justicia no es tanto así, pues hay un sistema corrupto que libera fácilmente a delincuentes. Pero, quién logra aquello? El dinero. Los delincuentes pobres siguen en la cárceles. El dinero, que es el dios de este tiempo, lo compra todo, y todos se desviven por más dinero. Entonces, el problema es sistémico. Es este sistema el que genera todo ello. Y hay que salir de este sistema, que no es el socialismo sino una tercera vía.

La solución no es irse en contra del aparato judicial con una clara intención dictatorial, es decir, violenta, sino de controlar y pulir a los operadores de justicia. Tarea difícil, mientras el dinero en manos de unos pocos mande dentro de una sociedad injusta y desigual.

Como consecuencia de todo esto, se han exacerbado los colectivos de ultra derecha, a través de una serie de grupos de «morenazis», de «morenaVOX, con un odio mayor al de la derecha convencional, por lo que son más peligrosos. En respuesta, surgirán grupos de ultra izquierda, y así la violencia ganará por todo lado. De ahí, que es importante evitar que le metan al Ecuador en una violencia institucionalizada y pasen a vivir el sufrimiento de su vecina Colombia

La derecha lo está haciendo en todo lado. Bukele en El Salvador se encuentra actualmente en ese mismo propósito, a pretexto de la delincuencia. En España, VOX con otros argumentos, Salvini en Italia, Le Pen en Francia, etc.

Indudablemente, siempre la derecha mete a Dios para justificar sus aberraciones, aunque la izquierda progresista últimamente también se aprovecha de ello.

Por Alteridad

Un comentario en «Quieren convertir al Ecuador en otra Colombia violenta»
  1. Esto que está pasando en Ecuador de difundir e impulsar un discurso violento contra delincuentes y entre distintos sectores de la población, es algo que también se da en la Argentina y tuvo mucho desarrollo durante el gobierno de Macri. A tal punto que el entonces presidente invitó a la casa de gobierno y felicitó públicamente a un policía que había matado a los tiros por la espalda a un ladrón que huía y la ministra de seguridad elogió ese comportamiento criminal y estableció un estatuto policial anticonstitucional avalando conductas como la adoptada por el policía en cuestión. Lo cierto es que hoy ese estatuto fue derogado y el policía asesino está siendo juzgado, mientras las autoridades que lo avalaron, no tienen ninguna causa en su contra por promover dicha violencia.
    El discurso promotor de la violencia que se está tratando de implantar en el mundo, corresponde a la etapa de decadencia que estamos viviendo de una civilización que empezó proclamando la generación de hombres libres como el valor fundamental, para pasar posteriormente a promover hombres sueltos desvinculados de sus comunidades y relaciones, para culminar finalmente impulsando hombres enemigos.

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