Marco Andrade V.
Los des-humanizadores sistemas socio-políticos imperantes a nivel local y global, serían prácticamente imposibles su existencia, sin tener como aliado estratégico a los procesos “educativos” que actúan literalmente como mecanismos deformativos del potencial personal y colectivo. De hecho, el pensum de estudios de las escuelas modernas tiene un currículum oculto diseñado meticulosamente para desarticular y someter al alma humana.
Dentro de los principales objetivos ocultos están:
- Ser alejados del núcleo familiar y estar sometidos a normas rígidas que deben ser cumplidas sin cuestionamiento.
- Ser homogenizados, dejando de lado los intereses personales de aprendizaje y exploración, para ser dirigidos y para seguir instrucciones externas.
- Interiorizar la lógica de los premios y de los castigos, basado en la obediencia y memorización mecánica.
- Separar y dividir el conocimiento en categorías, de tal manera que se pierda la capacidad de pensar de manera sistémica y sean entrenados para pensar “dentro de la caja” previamente establecida.
Hay muchos otros elementos específicos que contribuyen a esta domesticación social por medio de los sistemas educativos, pero basta con los anteriores para poder visualizar su importancia como uno de los engranajes utilizados por los sistemas de dominación.
Es justamente por medio de este currículum oculto que los alumnos son despojados del núcleo de contención emocional seguro, para luego aprender a competir con otros, buscando premios y evitando castigos, los que son impuestos externamente y que son muy lejanos a los auténticos intereses del ser humano. Es ahí donde la noción de gobernanza piramidal y los sistemas de autoridad jerárquicas empiezan a ser naturalizados, es decir, a ser considerados como normales y deseables. Y poco a poco, se llega a interiorizar como opción predeterminada de vida el someterse a las normas establecidas, y el obedecerlas como estrategia para destacarse como consumidores, como ciudadanos, como buenos estudiantes… ¡como esclavos obedientes y sumisos a los intereses de los grupos de poder!
¿Cómo podemos evaluar la efectividad en la “domesticación”, por parte del sistema educativo actual?
Hay muchas maneras, pero tomando en cuenta el delicado contexto socio-político latinoamericano, es evidente que una gran parte de la población prefiere todavía “seguir las normas”, es decir: “ser normal”. Así perpetuando el sistema de injusticia que opera en beneficio de muy pocos, a costa del despojo de la gran mayoría. Sin embargo, progresivamente ha ido creciendo la cantidad de personas que deciden manifestarse, movilizarse, y denunciar lo obsoleto de la inteligencia piramidal con la que funciona el sistema actual. Pero todavía, hay un significativo camino por recorrer en el despertar de la consciencia colectiva, para lograr nuevas maneras de organización y de convivencia.
Y entonces… ¿podrían ser posibles otras maneras de aprender?
Pues la vasta historia de la humanidad es un ejemplo de que como los seres humanos hemos aprendido de muy diversas maneras, de hecho, habíamos logrado una relativa convivencia armónica, con los demás y con la naturaleza, al menos más estable de lo que estamos haciendo ahora, cuando este supuesto “desarrollo” nos está llevando al colapso planetario.
La manifestación de la vida en sus más diversas formas se ha caracterizado ampliamente por sus múltiples maneras de colaboración y simbiosis, y los colectivos humanos no fueron la excepción. Es relativamente nueva (unos 10.000 años atrás) la noción antropocéntrica, egoísta y patriarcal, que ha llevado al ser humano a creerse el centro del planeta e incluso del universo.
Antes del supuesto “desarrollo” y “progreso”, no solamente que teníamos mucho más profundas formas de aprendizaje, sino que habíamos logrado labrar culturas maduras, donde el acompañamiento a las nuevas generaciones era considerado como el más valioso legado de un pueblo. En nuestras vergonzosas sociedades actuales, tan “patas arriba” y profundamente disfuncionales; son las niñas y niños, los adolescentes, quienes están levantando su voz y claman para que las personas adultas en puestos de poder cambien el rumbo de sus acciones y podamos lograr sobrevivir al deterioro planetario evidente.
En ese sentido, es notable que las nuevas generaciones son quienes están logrando los aprendizajes más significativos: cultivar un despertar de consciencia capaz de re-imaginar Nuevos Mundos Posibles, donde la vida pueda florecer para todas y todos. Esa es la verdadera educación alterativa, la que tiene el potencial de re-pensar la vida.
¿Estamos listos nosotros para también abrazar ese salto de consciencia? ¿Estamos dispuestos a soñar con nuevas formas de gobierno y convivencia? ¿Vamos nosotros también a poner el cuerpo o dejaremos que sean otros quienes lo hagan?
Nos vemos al otro lado del camino… ¡Sigamos caminando juntos!