
Por Diego Velasco Andrade
DE LOS CUATRO PELAGATOS QUE AHORA SON DOS, A UNOS CUÁNTOS PELAFUSTANE$ ALIADO$ DEL GRAN PODER
Y, de manera tan casual como sincronizada, irrumpieron las nuevas estrategias que promovieron las blanqueadas y avergonzadas élites más racistas de este país, luego de la paliza propinada por el movimiento indígena “en vivo y en directo” a los inoperantes medios de desinformación, que fueron desbordadas por las formas alter nativas de comunicación durante las jornadas de octubre 19; estas surgieron alentadas por los pretendidos “influencer” y trolls mercenario$ gobiernista$ que empezaron a pulular en las redes sociales para intentar neutralizar a los medios alternativos que el campo de lo indígena y popular, había implementado, en su afán solidario de transmitir las “verdades verdaderas” de la revuelta.
Entonces arribarían sincronizados más de cuatro e innumerables “pelagatos”, además de otros sesudos políticos y expertos en macro, meso y micro economía; ex “burdo maeses jubilados” de un Quito nostálgico y añejo; un par de cuasi ex presidiarios con cargos ad honorem; decenas de nuevos “mingueros” del patrimonio barroco agredido e intelectuales blan-quitos defensores de los ladrillos de las maquilladas “casas coloniales”; de políticos sátrapas pregoneros de la doble moral y las buenas costumbres; amén de dignos comunicadores sobrevivientes de la masacre en la década correísta, de todos quienes habían sido revolcados una y otra vez por la verborrea del wasón de Illinois Rafael Correa Delgado, y/o expulsados de sus respectivos medios de in-comunicación comercial y tele-farandulesca, cuando la década ganada de los “chaulafanes” verde flex.

Todos aquellos probos representantes de la “prensa corrugta”, quienes uno a uno habían sido ridiculizados hasta el escarnio por el jocker ahora prófugo de la justicia, cuando en sus mejores sábados de gloria en cadena matutina, aparecían ahora en perfecta bandada justificándose ante la “clase nutella” y sus nuevos patrones y jefes oligarcas, como superhéroes y x men del anti correísmo patriotero y patriarcal. Uno a uno y con insólita sincronía empezaron a lanzar su ofensiva racista y xenófoba desde las misma redes sociales en las cuales el gobierno lelin-ista había sido desbordado; ahora salían cual correcta escuadra desde sus obscuros escondrijos, a roer contra el movimiento indígena y sus líderes más visibles durante la paliza televisiva: el ashwar amazónico Jaime Vargas y el andino pantzaleo Leónidas Iza.
¡Y, vaya con qué fogosidad! Como nunca lo habían hecho con tanto talento ante el cuántico poder y su progresivo matrimonio con la derecha más retrógrada de este país; ahora con un lirismo brillante expresado en tropos, metáforas, alegorías e imágenes poéticas primorosamente compuestas , con pirotecnias defensoras del orden, del bien y de la Patria hispana en peligro, pregonaban el resguardo de sus patrióticos patrimonios inmaculados, invadidos durante días por los indios salvajes, vándalos grafiteros, bárbaros y entrenados “venecos” y hordas de delincuentes llegados desde la bárbara ruralidad. Nunca antes habrían podido salir a la palestra, para brillar con tan refulgente nitidez, para ser desenmascarados como los nuevos “fachos” defensores de un neoliberalismo a ultranza; a denostar como urracas parlanchinas, la lucha justa y digna de los pueblos y culturas de un Ecuador insurgente.

Más allá de los “republicanistas” tartamudos – ahora digitales – o de los rucios economistas neo “san franciscanos” que permanecieron camuflados en sus claustros “libertarios”, merecen mención en tan heroica y moralista tarea, los cuatro pelafustanes que ahora sabemos que son solamente tres:
- José el Enández, y
- Martín pescador Millares.
El primero, un “colombiche” ególatra, energúmeno y autoritario; conocido por nunca haber podido cambiar la imagen mercantil del diario El Comerciante, aún vociferando a diestra y siniestra contra sus inexpertas y jóvenes colaboradoras que tantas veces lo denunciaron y, el segundo, por haber puesto sus barbas hacendarias al remojo cuando intentó burlarse con prosas profanas del innombrable “rompe periódicos” de Illinois, en los anuncios dominicales del mismo diario mercantilista.
Cuarto aparte, merece el ex LN-ista incendiario y hoy también anarquista jubilado Ruperto Aguilar, a quien hace décadas lo habíamos conocido como camarada furibundo del ex comunista Pablo Celi: -hoy solo controlador del no poder-, pero que ahora se evidencia como editoria-listo de un Expreso filo nazismo y hasta pregona como arte la matanza de animales; tan querido seguramente por los taurópatas amigos de Sebastián Rufián: el no tan secreto “oculto poder” detrás del trono rodante.

Ni se diga del cinematográfico aparecimiento por la Pared de la CCE de un heroico, desafiante y prepotente periodista, supuestamente secuestrado en el interior de un Ágora; del nuevo Abdón Camaleón de los comunicadores, que fue herido, derribado, muerto y renacido en apenas tres minutos de edición digital; todo para resurgir en horario estelar como un TV fénix agredido, maquillado y filmado luego de obscuras y preparadas circunstancias, para evitar que se supiera en cadena nacional de la entrada policial violenta y del asesinato de tres indígenas y del intento de desalojo violento de sus familias alojadas en las universidades en las que fueron acogidas. Hechos públicos que pretendieron ocultarse y luego criminalizarse como “secuestro”, muy pesar de que todos quienes estuvimos allí, en cuerpo presente, podríamos relatar con evidencias testimoniales y hasta con miles de imágenes, audios y videos digitales que todo fue solo una vil patraña…
Finalizar esta crónica de la aberración racista resurgida en Ecuador después de las luminosas jornadas de Octubre 20 19, resaltando la cada vez más incómoda presencia en redes, de dos Vivarancos de la Post verdad; de dos “chompiras” de la comunicación chatarra, de dos sujetos barbudos y ”boinómanos”, dignos de las más beodas alharacas del mal gusto digital, quienes con total desfachatez llegaron a insinuar en medio de alguno de sus “shows cerveceros”, que si otros líderes indígenas “siguieran protestando”, muchos más podrían o deberían ser apresados y/o eliminados de la pantalla y de su mismo “territorio racial”…

PERO “TODA UNA VIDA”: NO DURARÁ JAMÁS LA MISMA CANCIÓN…
¿Fueron aquellas solo algunas de las inteligentes estrategias para confundir a las masas aún pasivas y amorfas que se quedaron de espectadoras en sus cómodos asientos y en sus smarth phones intervenidos o en sus “master-chef” televisivos, mientras en las calles del país y del Quitu libertario se decidía el futuro o quizás la debacle de toda una próxima década de un país entregado al boom minero transnacional?
En todo caso a nivel comunicativo, la insurgencia de estos cuatro y pico de pelafustanes dóciles al poder neo poder liberal, pretendían el impedir que siguieran apareciendo las trafasías, atentados de “bandera falsa”, los excesos de represión y violencia, desatadas en especial por las ya odiadas fuerzas policiales, durante tan luminosas jornadas; pero también impedir que aparecieran como estrellas escondidas nuevos protagonistas del tan temido año electoral 20 21 que se nos viene, donde nuevas estrategias de control y apropiación del boom minero ecuatorial tendrán que ejecutarse y que de mantenerse las medidas económicas de este gobierno inválido, conducirían al Ecuador Lelin-minero, a un futuro insostenible, a una siguiente década farreada ¿esta vez por quiénes? Mas, desde ya y en modo elec-torero, las elecciones por venir se anuncian como tiempos fatídicos para aquella rancia oligarquía derechosa, facho-SA y neoliberal, que antes del magno evento de octubre, ya se alistaba frotándose los bigotes a regresar al poder, cantando a coro la balada ranchera:
Y Volver, volver, volver…